Gabriela Pérez llegó a la estación El Capulí, del Corredor Sur Oriental, que enlaza a La Marín con Quitumbe. Eran las 06:15 del lunes 29 de noviembre. Ella vive en Las Rieles y debía llegar hasta el sector de La Carolina, en el norte.
A esa hora, en la puerta de ingreso a la estación había una fila de seis personas. Esperó un minuto hasta llegar a la máquina de cobrar. Metió la mano en su cartera y sacó una moneda de USD 0,25.
En esa estación hay dos puertas de embarque para ingresar a las unidades que vienen desde la terminal de Quitumbe. En las dos, unas 50 personas hacían fila para abordar un bus tipo.
Allí también es el sitio de desembarque de los usuarios de los alimentadores que vienen desde La Joya y La Cocha. De cada unidad se bajan unas 30 personas.
A las 06:25, un bus tipo llegó a la estación, las puertas se abrieron e ingresaron 10 personas. La unidad, que tiene capacidad para transportar a 43 personas sentadas y a 45 paradas, estaba repleta.
Pérez tuvo que esperar hasta las 06:35 para lograr subirse a un bus. Vio pasar tres unidades. Por el estribo se movilizó entre empujones y maltratos.
“Cada vez es menos cómodo viajar en estos buses, lo hago porque los que van por los carri-les convencionales se demoran más”, afirmó, mientras con su brazo derecho protegía su cartera.
Esta dificultad se repetía también, a la misma hora, en las paradas de El Comercio, San Bartolo y San Cristóbal. Entre las 06:00 y las 08:30, las paradas estaban llenas y las unidades iban repletas. En ese tiempo, a la parada El Capulí ingresaron 1 000 personas y a la San Cristóbal, 700.
Pérez viajó entre los apretones de la gente, parada y sostenida de un tubo. Así llegó hasta la estación de integración con el trole. Ahí se bajaron 16 usuarios.
Según la Empresa Pública Metropolitana de Transporte, la demanda en el Corredor Sur Oriental se incrementó paulatinamente desde que empezó a funcionar, el 26 de octubre pasado. Los primeros días se movilizaron entre 10 000 y 12 000 usuarios. En los últimos días, esta cifra se ha triplicado. Ahora se traslada un promedio de 35 000 personas.
Gustavo Vásconez, a las 06:30, se encontraba en la avenida Maldonado, en la entrada a La Bretaña, junto con 23 personas que esperaban un bus. Él estudia en la Universidad Central y debe tomar la línea Cutuglahua-Universidad Central. A él, el corredor no le es útil en las horas pico. Por eso prefiere utilizar los buses que van por los carriles paralelos al exclusivo. Durante 10 minutos esperó en la esquina. Un bus llegó y se detuvo, tres personas se subieron. “Desde que el corredor se habilitó, este bus se demora más”, dijo.
Recordó que antes el viaje duraba 20 minutos desde la entrada a La Bretaña hasta El Recreo. “Ahora, hace 35 minutos, por la congestión vehicular”.
Entre las 06:00 y las 08:30, 90 buses tipo circularon por el carril del Corredor Sur Oriental, mientras que por los otros carriles pasaron 410 unidades de diferentes cooperativas.
Durante la tarde, desde las 16:30 hasta las 19:00, en sentido norte-sur, hay más demanda de usuarios. A las 17:30, Mario Villacís intentaba abordar una unidad que lo llevara hasta Quitumbe, estaba en la estación Epiclachima.
Los buses pasaban cada tres minutos, pero llegaban repletos.