Para mí, la libertad es la capacidad de autodeterminación y de asumir la responsabilidad total de mis acciones y de mis ideas. También tiene que ver con estar consciente de mis expresiones y de mis decisiones. La libertad, además, es fundamental para los negocios. En alguna ocasión le escuché a alguien decir: “ama y ejecuta lo que quieras”. Para mí eso significa que mientras trate con respeto a mis empleados, a mis proveedores y a la gente que me rodea, estoy asumiendo mi libertad. El respeto a este derecho debe acompañar la gestión empresarial para no pasar sobre los derechos de los demás. Lo empresarial no se reduce a ganar dinero, sino que es una retroalimentación con la sociedad, con los clientes y con los proveedores. Por ello, sí el empresario es ético con su entorno, la libertad es una herramienta para mejorar las actividades comerciales y beneficiar a la comunidad. Esta es una cuestión personal, por ello, no se debe imponerla . Lo ideal es que sea inherente al hombre.