No tienen casas de lujo ni ropa de última moda. Algunos ni siquiera pueden mantener llenas sus alacenas. Pero cuando llega Navidad, los vecinos de Luz del Norte inician el ritual de golpear puertas para buscar colaboración y dar lo poco que tienen para que los cerca de 300 niños de la zona disfruten de esta fiesta.
“Me gusta que me den caramelos y jugar con mi papi en la calle”, dice Juan, de 7 años, quien vive en una mediagua de bloque que tiene dos habitaciones un baño y una cocina. Cuenta que aparte de su cumpleaños, lo que más disfruta es que llegue Navidad y que la calle Oe12-C (que apenas este mes empezó a ser adoquinada) se vuelva un parque de diversiones.
“Aquí vamos a jugar el baile del tomate y del huevo, los ensacados, la rayuela, a los congelados. Ese día está dedicado a los más pequeños y a los adultos nos encargamos de que así sea”. Con esas palabras Miriam Suntaxi, presidenta del barrio, cuenta que empieza diciembre y comienza la organización.
Cerca de 15 amas de casa, algunas con niños en brazos, caminan por las calles y emocionadas aseguran que el secreto de la comunidad es que más que vecinos, son como hermanos. “Aquí todos ponen algo. Aunque sea su talento. El 23 de diciembre daremos regalitos y dulces a los más pequeños. Además presentaremos danzas”.
Salusta Congo, de 61 años, participa, junto a seis mujeres más, en la coreografía de la bomba. Ella es quien baila con la botella en la cabeza. “Todos bailamos aunque algunas tenemos dos pies izquierdos”, dice Martha Carapaz, de 47 años, quien también participa en un baile folclórico.
Consiguieron que la Administración La Delicia done 200 fundas de caramelos y el Infa 100. Solo la Fundación Patronato San José entregará cerca de 100 000 fundas de dulces en más de 200 sectores de Quito. En Luz del Norte, además, cada uno de los 80 socios colaborar con dos piñatas pequeñas o con regalos, para que la celebración alcance para todos.
Ana, de 6 años, es tímida, pero le encanta poner la mano en la cintura y caminar en la vereda, que es su pasarela. Dice su mamá que de grande quiere ser modelo. Por eso, la inscribió para participar en la elección de Estrellita de Navidad. En total 15 pequeñas, de 5 a12 años se disputan la corona.
Tan grande es la fiesta de este barrio que niños de sectores aledaños, como la Roldós y también la Pisullí, suelen unirse a la celebración. Así lo hacen desde cuando el barrio se fundó, el 21 de mayo del 2007. Hay una particularidad: en Luz del Norte son las mujeres quienes organizan toda la celebración y demás actos programados.
Los jóvenes en Toctiuco En el centro de Quito, en su parte occidental, en Toctiuco, con cerca de 18 000 habitantes, en cambio, quienes llevan la batuta son los jóvenes. El barrio cuenta con el presidente de menor edad de toda la historia: José Vicente Calderón, de 29 años.
Los muchachos, con la energía que los caracteriza, participaron en la elaboración del pesebre a la ecuatoriana. Hombro a hombro, más de 50 vecinos lo construyeron, casi de tamaño natural, y lo ubicaron en la iglesia del barrio. Allí, San José es montubio y los reyes magos provienen de la Costa, de la Sierra y del Oriente.
En Toctiuco no se olvidaron de los ‘sabios’ del barrio y habrá un evento especial para los adultos mayores. “Aquí valoramos a los abuelitos, a su conocimiento y a su experiencia. Ellos nos han guiado en la elaboración de este evento y vamos a prepararles un show especial, con danzas y cantos”.
Pepe Claudio, líder del sector, contó que solicitaron a los locales comerciales del Cabildo de Toctiuco que se hagan presentes con algún obsequio para los más de 600 pequeños que serán agasajados.
Quienes también optaron por pedir ayuda a los negocios del sector fueron los habitantes de San Juan Loma Bajo de Llano Grande. Los dueños de panaderías donaron galletas; las ferreterías, caramelos y los dueños de los buses contribuyeron con los chocolates.
En este barrio donde viven más de 150 familias, la novena se la hace de casa en casa. Pero hay una peculiaridad: se visita únicamente aquellas viviendas donde viven los más humildes. Esas casas donde nadie va, donde viven ancianitos solos, allá vamos” aclara Guadalupe Lomas, dirigente del sector.
“Cualquier cosita llevamos para disfrutar. A veces, luego de rezar, nos servimos agüita de panela y conversamos”. Desde el viernes 14 de diciembre, cuando el reloj marca las 20:00, uno por uno, más de 30 vecinos se reúnen y van a la vivienda elegida. Esa es su forma de apoyar a quienes menos tienen.
“Damos una misa bien linda y servimos té. Ya hablamos con el padrecito para que nos acompañe el último día de la novena”, cuenta Lomas. Al final del día se divierten: arman una carpa en el patio de la casa de Guadalupe y juegan bingo.
En Santa Martha de Pomasqui, en el norte, también se vive la Navidad con bombos y platillos, pero se la festeja el 31 de diciembre. Los vecinos celebran la Fiesta del Niño del Barrio. Por lo tanto, la novena, a la que asisten más de 50 personas, se inicia el 23 de diciembre.
Jacqueline Jaramillo, tesorera, cuenta que cada día de la novena uno de los vecinos es elegido como prioste y es el encargado de llevar bocaditos. Culmina el 1 de enero con una misa, pero el día anterior hace un festejo para los más pequeños. Cada familia pone USD 40 como cuota. Allí, aprovechando que es año viejo, se elige a la mejor viuda. Y claro, nunca faltan los vecinos artistas que ese día se roban el show.
“Todos nos reunimos. Lo importante es darnos la mano”.
Pepe Claudio Toctiuco “ Las novenas las realizamos en el centro de desarrollo de Pomasqui. Antes era en la capilla”.
J. Jaramillo, moradora “Somos un barrio necesitado. Colaboraciones al 249 7973” Miriam Suntaxi Luz del Norte