El complejo de San Francisco es el más grande del Centro Histórico de Quito. Hay historiadores que lo consideran como la primera maravilla del arte en América del Sur. Sobre 3 000 m2 se levantan tres iglesias, siete claustros y una huerta.
Todo San Francisco es un museo que atesora obras maestras de pintura, escultura, mobiliario y orfebrería. La iglesia principal, por donde ronda la leyenda del mítico indio Cantuña, es la muestra del esplendor arquitectónico del caso colonial. En el museo Fray Pedro Gocial hay 4 000 obras de arte, la mayoría de la Escuela Quiteña. Allí está la escultura de la Virgen de Quito, de Bernardo de Legarda, con la firma del autor en una de sus manos. Al subir al coro por las escaleras de piedra, no deja de sorprender un inmenso lienzo (7,7 x 4,15), denominado ‘El árbol genealógico de los franciscanos’. Son 500 rostros, entre ellos el de San Francisco y sus 11 compañeros. También destacan las figuras más importantes de esa orden religiosa.
El coro es otra de las maravillas que se puede apreciar dentro del complejo. Allí está un órgano de 1930 y sillas dispuestas en filas, que tienen en sus espaldares talladas figuras religiosas. En la del centro no se sienta nadie, los frailes creen que cuando ellos están orando, San Francisco los acompaña y ese puesto está reservado para él.
El complejo de San Francisco fue escogido por la ciudadanía como una de las siete maravillas de la ciudad. Allí están guardadas obras trascendentes de la Escuela Quiteña. También está la pila de piedra donde fue bautizado, por Fray Jodoco Rique, el primer hijo de Atahualpa. La visita a este lugar es una opción para un fin de semana.
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