Una Alcaldía que privilegie la libertad, la democracia y el respeto a las diferencias ideológicas desde una postura de independencia y autonomía frente al Gobierno central.
Ese será el perfil político que el nuevo alcalde de Quito, Mauricio Rodas, pretende impulsar en su gestión de cinco años, que oficialmente empezó ayer.
En una ceremonia de dos horas, escenificada en el Teatro Sucre, ubicado en el Centro de Quito, el nuevo timonel de la ciudad marcó las líneas políticas maestras de su cargo, al que llegó luego de derrotar al oficialismo en las elecciones del 23 de febrero del 2014.
Un recorrido histórico
A partir de un breve recorrido por varios de los hitos históricos de la vida de Quito, como la revuelta de las alcabalas o el Primer Grito de la Independencia, enfatizó que la ciudad tiene una vocación por la libertad y la democracia. De ahí que anticipase que desde el Cabildo profundizará esos valores.
“Haremos de Quito una ciudad en la que todos podamos vivir en armonía, respetando las diferencias que conforman el extraordinario mosaico de visiones que fomenta el pluralismo para el pleno ejercicio de la libertad y la democracia”.
En ese marco, el alcalde Rodas anunció que su gobierno local buscará inaugurar un nuevo estilo de hacer política, basado en el diálogo y el consenso, sin importar las banderas políticas.
De ahí que asegurase que el Municipio de Quito no empleará la pugna como forma de hacer política. “Cambiaremos la confrontación por el diálogo, el sectarismo por la tolerancia y la división por los acuerdos que permitan poner en marcha iniciativas en favor de los ciudadanos”.
Con ese objetivo, el alcalde Rodas hizo un llamado a los 21 concejales de Quito a trabajar en función de la ciudadanía.
De acuerdo con los resultados oficiales, 11 ediles son de Alianza País, nueve de la alianza SUMA-Vive y uno de Creo. Pero, si se unen los dos últimos movimientos alrededor de la figura de Rodas, él tendrá mayoría por tener voto dirimente en calidad de Alcalde del Distrito Metropolitano.
Relación con el Gobierno
Mauricio Rodas también se refirió a la forma en la que aspira a relacionarse con el régimen de Rafael Correa, con el que mantiene puntos programáticos de diferencia y con el que tuvo una dura lucha en la reciente campaña.
En este punto, mantuvo el discurso que ya había desarrollado en los meses de proselitismo. Es decir, plantear una línea de trabajo conjunto con la Presidencia de la República y las autoridades de las otras funciones del Estado.
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Sin embargo, advirtió que esa relación de coordinación debe ser respetuosa en doble vía.
Sin mencionar de forma explícita al tema, volvió a referirse en términos conceptuales al borrador de proyecto de Ley de regulación del uso del suelo, que auspicia el gobierno de Correa.
Específicamente al advertir que defenderá los principios de autonomía y descentralización que, según ha dicho, están en riesgo con ese proyecto, por la creación de una superintendencia para los gobiernos locales.
Dijo: “Lucharemos siempre en defensa de los principios de autonomía y descentralización de los gobiernos locales consagrados en la Constitución y que representan un puntal de la democracia”.
No obstante, este mensaje no fue escuchado por ningún alto representante del Ejecutivo. El presidente Rafael Correa -quien fue invitado especial a la ceremonia- no asistió al acto por estar en una visita a Chile.
Tampoco asistió el vicepresidente Jorge Glas ni ningún representante de Carondelet.
Del mismo modo, Gabriela Rivadeneira (Alianza País), presidenta de la Asamblea, estuvo ausente de la investidura del Alcalde de Quito y presidente nacional de SUMA; el lunes la legisladora sí asistió a un recorrido del proyecto de Metro de su coideario y ya exalcalde Augusto Barrera.
Por estas circunstancias, la única autoridad en funciones que estuvo en la mesa de honor fue Domingo Paredes, titular del Consejo Nacional Electoral, quien recibió leves pifias de los asistentes, así como al entonces vicealcalde saliente, el oficialista Jorge Albán.
A él se sumaron el expresidente y exalcalde Sixto Durán Ballén, así como los exburgomaestres Rodrigo Paz y Paco Moncayo. También el arzobispo de Quito, Fausto Trávez, flamante presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.
Sus primeras medidas
El alcalde Rodas también aprovechó su intervención para anunciar sus primeras medidas. Básicamente es el proyecto de reforma de ordenanza que presentará mañana al Concejo Metropolitano para reducir dos multas.
Se trata de las sanciones por infringir el pico y placa y por irrespetar las reglas de la zona azul de estacionamiento, que serán reducidas a la mitad. Las quejas por estas acciones fueron una parte medular de su campaña.
La multa por infringir por primera vez el pico y placa es de USD 113, equivalente a la tercera parte de una remuneración básica unificada.
En cambio, la de zona azul es de USD 34 que equivale al 10% de la remuneración básica. A esto se suma que los autos ya no quedarán retenidos 24 horas cuando incumplan la restricción de circulación vial y no se colocarán candados a los autos mal estacionados en la zona azul.