En el poblado de Gualo, en el norte de Quito, hay incertidumbre. Estaba previsto que por allí pasara la vía que uniría a la capital con el nuevo aeropuerto de Tababela.
Con la construcción de la carretera se fortalecía la esperanza del progreso. Así lo pensaron los directivos de la cooperativa de transportes Kinara. Sus unidades llevan, a diario, pasajeros en la ruta Gualo – Zabala.
fakeFCKRemoveHace poco, los socios decidieron renovar sus vehículos. Antes trabajaban con furgonetas, ahora son microbuses que les permiten llevar a más gente.
Édison Reza conduce uno de los buses nuevos. Todos los días, él realiza el mismo recorrido, pero no sabe a cuántos pasajeros moviliza. “Hay mucha demanda de este servicio, en las furgonetas no podíamos llevar a tanta gente”.
Cuando el alcalde Paco Moncayo anunció que la nueva vía al aeropuerto pasaría por Gualo, Reza se emocionó. “Pensé que esa obra nos ayudaría a salir de la pobreza. Aquí hay sectores que ni siquiera tienen servicios básicos”.
Si la nueva vía se construía, el recorrido de la cooperativa Kinara se hubiese ampliado. Reza recuerda que estaba en planes salir desde Gualo, pasar por Tumbaco y llegar hasta El Inca y regresar. “De seguro que esa ruta nos hubiera dado más trabajo”.
El gerente de Kinara, Paúl Guijarro, cuenta que se compraron 13 microbuses. Ocho son modelo 2006 y cinco, 2008. Cada una de estas unidades les costó USD 50 000. “Fue una inversión fuerte”, asegura.
Ahora, lo que se pretende es potenciar el recorrido de esta línea en las parroquias quiteñas de Calderón y Llano Chico. “Hubiese sido muy bueno que la vía al nuevo aeropuerto pasara por aquí. Pero ahora que no será así, trabajaremos con fuerza en los sectores que nos compete”.
La semana pasada, el alcalde de Quito, Augusto Barrera, anunció que la vía que unirá al Distrito con el aeropuerto de Tababela será la Collas-Guayllabamba.
Costará USD 50 millones y la construcción se ejecutará en 14 meses. Está previsto que esté habilitada completamente en noviembre del 2011, cuando empiece a funcionar la terminal aérea, según lo planificado.
El vicealcalde Jorge Albán informó que los trabajos serán financiados por el Gobierno Nacional, en su totalidad.
Para este jueves se espera que se concrete la firma del contrato de renegociación.
A Fabiola Chávez, moradora de Gualo, le parece bien que no pase por su pueblo la carretera. Vive allí desde hace nueve años y su temor era que con el aumento del tránsito de personas y vehículos haya brotes de delincuencia.
El pequeño poblado de Yurac Alpaloma, ubicado a unos 10 minutos de Gualo, tampoco tiene servicios básicos. Los miembros de las 300 familias llevan el agua a diario desde Cocotog, poblado cercano, hasta sus viviendas.
“Con la llegada de esa vía, nosotros teníamos la esperanza de que nuestro barrio mejorara”, dice el presidente de Yurac Alpaloma, Alberto Cunalata. Él asegura que desde hace cinco años tramitan en el Cabildo quiteño la legalización de su barrio, sin lograrlo.
Segundo Sandoval es vecino del barrio desde hace 12 años. Asegura que en el sector y en sus alrededores hay mucha gente que no tiene sus tierras legalizadas. Esperábamos solucionar ese problema con la nueva carretera”.
Para él, esa esperanza se terminó. Ahora, piensa en seguir insistiendo ante el Municipio por la legalización. “Pero ya no tendremos en nuestras manos esa poderosa arma para presionar”.