Este lunes empezó el control obligatorio a los choferes de los buses interprovinciales que salen de las terminales terrestres de Quitumbe y de Carcelén. Para los conductores es obligatoria la prueba de alcoholemia. Si se niegan a hacerse, no obtienen el permiso para salir en la unidad. En la terminal de Quitumbe se registraron varios inconvenientes.
Diego Torres, policía de Tránsito informó que unos 400 conductores se realizaron la prueba hasta el mediodía de ayer. El 50% ha tendido inconvenientes. Uno de ellos es que al momento de ingresar el número de cédula, la cabina registra que la licencia ha caducado o ya no cuenta con puntos. Esto, a pesar de que según datos proporcionados por el PDA (Asistente personal digital que almacena la información del portador de la licencia), el documento está vigente.
En la terminal de Quitumbe están disponibles seis cabinas para que los conductores se realicen la prueba de alcoholemia.