En la esquina de las calles Venezuela y Chile se ubica la Casa Pérez Pallares. Es una edificación patrimonial del Centro Histórico de Quito.
La vivienda de cuatro pisos es de estilo colonial y está decorada con lámparas francesas. En su exterior resaltan los balcones de hierro forjado. Desde los ventanales se logra una vista completa de la Plaza Grande. Se puede apreciar a La Catedral, al Palacio de Carondelet y al monumento de La Libertad.
Por su belleza arquitectónica, la Unesco la reconoció como uno de los mejores bienes patrimoniales del Centro Histórico.
Hasta 1975 allí funcionó el Hotel Imperial. Luego pasó a manos de la Fundación Pérez Pallares. Actualmente, allí funcionan las oficinas de la Administración General y del Instituto Metropolitano de Patrimonio (ex Fonsal). Esta es una de las cuatro casas que el Municipio promociona para hoteles y restaurantes. El proyecto está dentro del plan para revitalizar el Centro Histórico.
Para Eduardo Deusdebés, secretario de Desarrollo Productivo, el propósito es ampliar las posibilidades para que los turistas se hospeden en el Centro.
Según él, si las cuatro edificaciones se convierten en hoteles, habrá una oferta de 400 camas más para el turistas. En Quito hay 463 hoteles, en total 11 142 habitaciones.
Una cuadra más al sur, en las calles Venezuela y Mejía, está la casa conocida como el Almacén del Inca. Allí vivió el prócer Juan de Dios Morales. Fue construida en 1479. Hoy está ocupada por la Secretaría de Planificación.
María José Villavicencio, directora de Promoción de Inversiones, comentó que la proyección de esta edificación es para un hotel clase media. Los costos de hospedaje podrían fluctuar entre USD 60 y 70.
Desde el pasado 15 de diciembre que se presentó el proyecto, 18 empresas turísticas nacionales han presentado propuestas. El Municipio entregará el inmueble bajo concesión, que podría ser de hasta 30 años.
La casa Cadisan, en la García Moreno y Mejía, está planificada para un centro de actos sociales como matrimonios, cumpleaños, grados, etc. En su patio central hay una magnolia, un árbol declarado patrimonial.
La última casa es el Hogar San Javier, en la García Moreno y Sucre. Los cuatro pisos permiten instalar un hotel cinco estrellas, un centro de convenciones, una capilla y un restaurante. Este inmueble tiene una terraza, desde donde se observan los tejados y las cúpulas de las iglesias.