Las seis bóvedas de la primera planta de agua potable de Quito son aulas interactivas desde ayer. Allí funciona Planeta Azul, una nueva área del Museo Parque del Agua Yaku, que se inauguró por el Día Mundial del Agua.
Los antiguos tanques de cemento ahora tienen paredes azules y celestes. En ellos, pantallas táctiles, equipos lúdicos y tecnológicos enseñan la importancia del agua en el planeta. Hay poca iluminación.
Los primeros visitantes son 18 niños del quinto de básica de la Escuela Fiscal República de México. El recorrido empieza en la Sala de Moléculas. El cuarto se queda oscuro, en una pantalla aparecen tres esferas. Las dos representan el hidrógeno y la una el oxígeno: son los componentes del agua. La proyección dura 30 segundos. A Jonathan Maginga, de 9 años, le atrae el movimiento ordenado de las esferas, las compara con el Sistema Solar.
Christian Lasso, mediador del museo, conduce al grupo a la segunda bóveda. Le pide que se forme junto al tactograma, un panel que muestra la capa superficial del agua.
Lasso explica que los átomos (hidrógeno y oxígeno) forman una especie de piel que se conoce como tensión superficial. Hay animales muy livianos, como insectos y reptiles pequeños, que pueden caminar sobre el agua.
Evelyn Guamán, de 9 años, coloca sus manos y acerca su rostro al panel, allí se forman figuras. Los niños ríen. En la tercera bóveda, hay un caldero desde el cual sale vapor que simula la formación de las nubes.
Jefferson Ortiz, de 11 años, introduce sus manos en el fondo, dice que siente frío. Cuando las retira están mojadas por el vapor. Este ejercicio le sirve a Lasso para explicar los tres estados del agua: sólido, líquido y gaseoso.
En esta sala, los niños juegan en un recipiente de vidrio. Recogen agua en sus manos y observan los espejos que se forman con el brillo de las luces verdes, rojas y azules del salón.
La cuarta bóveda es conocida como Terrario. En vitrinas se reproducen pequeños ambientes de bosque tropical. El propósito es enseñar cómo influye el agua en la naturaleza. Aquí, los niños toman un descanso. Ellos se aglomeran contra una pared donde pueden pintar con agua. Cogen pinceles y los mojan. Jonathan hace garabatos.
Cinco minutos después retoman el recorrido. Ingresan a la penúltima bóveda, la de los tornados y huracanes. Jonathan, Evelyn y Jefferson se colocan en la mitad de dos pantallas. Estas proyectan la imagen de un océano. Las aguas se vuelven turbulentas con grandes olas, aparecen rayos y truenos.
Lasso explica que se está formando un tornado. Desde una máquina ubicada en el techo, cae un viento frío. Los niños se asustan, pero no dejan de mirar las pantallas. “Sentimos miedo y mucho frío, como si lloviera”, comentan los tres al unísono.
En la última bóveda, un mapamundi en el piso muestra cuáles son las corrientes marinas. Entre ellas se señala con colores la de Humboldt, del Labrador y del Caribe. Los visitantes pueden jugar en una pantalla táctil. La computadora pide que se ponga en su lugar a las corrientes marinas. Hay flechas que guían.
Al final del recorrido, los niños aprenden que el agua es vital para conservar la vida humana, las plantas y los animales. Evelyn, Jonathan y Jefferson se comprometen a cuidar el agua y a no desperdiciarla. En casa, por ejemplo, utilizarán un vaso con agua cuando se cepillen los dientes, para evitar el desperdicio.
Para ellos, esta fue una manera divertida y más útil de celebrar el Día Mundial del Agua. Evelyn, con un rostro que expresa emoción, asegura que cuando ella aprende jugando es diferente. “Nunca me olvido”.
Quito, sede del Pacto Climático
El 2 y 3 de junio, se efectuará en la ciudad la Cumbre Nacional de Pacto Climático Quito.
Participarán los alcaldes, prefectos y presidentes de las juntas parroquiales del país.
María Sol Corral, segunda vicealcaldesa de Quito, indicó que el propósito es elaborar una carta compromiso entre las autoridades para reducir los impactos negativos en el clima y tomar medidas en cada jurisdicción.
La iniciativa surgió en septiembre del año pasado, cuando Quito participó en la Cumbre Internacional de Pacto Climático. El acto se desarrolló en México y participaron 300 ciudades.
Antes de la cita nacional, habrá una marcha por el ambiente, organizada para el 1 de junio, Día Internacional del Niño.
Está prevista la asistencia de 12 000 personas.
El Municipio convocará a un concurso de video sobre el cambio climático. Las inscripciones se receptarán en www.pactoclimático.gob.ec. El primer premio es de USD 10 000 y la difusión en medios de comunicación.