La Ordenanza que oficializó el cambio en la forma de cantar el Himno a Quito no alteró la cotidianidad en el Centro Histórico.
En el Liceo Municipal Fernández Madrid, por ejemplo, según dos maestras que recibieron a los estudiantes, en la institución solo se acostumbra a cantar el Himno Nacional y el del plantel en el minuto cívico.
En el caso del himno a la ciudad, es entonado principalmente durante las festividades de fundación, en diciembre.
Una historia diferente se registró a pocas cuadras de ahí, específicamente en la Unidad Educativa Municipal Experimental Sucre. Allí, según los docentes desde el 2012 se cantan los versos escritos por Fray Bernardino Echeverría, tal como lo estipula la Ordenanza.
Es decir, se toma en cuenta la cuarta estrofa en lugar de la segunda. Ellos recibieron una disposición para que se cante la composición con esos cambios en el 2012. Y lo han hecho así en los minutos cívicos desde ese entonces. Pero ayer, debido a la época de exámenes, los alumnos ingresaron directo a sus aulas sin entonar el himno.
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En otras instituciones educativas, como el Sagrados Corazones y San Fernando, tampoco se acostumbra cantar la canción característica de la capital. ¿Pero con qué frecuencia cantan el himno quienes circulan por el Centro Histórico? Este Diario consultó a seis personas al respecto.
Cuatro de ellas respondieron que, al menos tararearon una de las estrofas o el coro en algún evento de los más de 400 actos que se realizaron por las festividades de fundación de la ciudad el año pasado.
Julio Rodríguez, quien tiene un local de gorras en la calle Chile, comentó que la última vez que cantó el Himno fue en la inauguración de un campeonato deportivo, a mediados del 2013. Wilson Espinel entonó el Himno en un programa en la escuela de su sobrina. A su parecer, la cuarta estrofa es igual de representativa que la segunda.
El jueves pasado, el Concejo Metropolitano aprobó la Ordenanza que entre otras cosas regula que se cante la cuarta estrofa en lugar de la segunda.