Las construcciones levantadas en zonas de riesgo son más vulnerables durante el invierno. Seis casas del barrio El Rosario, en el centro oriente, están en peligro de caer.Mercedes Iza vive en este sector desde hace cuatro años. En esa fecha, junto a su esposo, José Luis Simbaña, decidieron construir su vivienda en la ladera que da hacia el río Machángara.
Simbaña es albañil y él mismo levantó su casa de bloque y adobe. Pero su morada está en peligro de caer por las constantes lluvias que se registraron la semana pasada. “Cuando llueve parece que la casa se mueve un poco más. Pero no tenemos plata para hacer mejoras”, afirma Iza.
En este sector tampoco tienen servicio de alcantarillado y la luz eléctrica la toman de un barrio vecino. Hay dos maneras de llegar hasta este sector. La primera es bajar por unos graderíos desde La Vicentina o cruzar un puente desde el barrio El Guabo, ubicado a un costado del Machángara.
Iza y su familia conviven con el olor del río contaminado y con un millar de mosquitos que se reproducen en las chancheras que están bajo su vivienda.
Pero Iza y Simbaña dicen que aparte de estos problemas tienen que vivir con el miedo a un derrumbe. En el 2008, ellos compraron varios metros de plástico para proteger a la ladera de la lluvia, pero dicen que este año no tienen presupuesto. “El Municipio nunca nos ha ayudado en nada”, dice la moradora.
Rosario Quishpe vive a menos de 500 metros de la casa de Iza. Su vivienda está hecha de bloque, adobe y en el techo tiene finas y deterioradas láminas de zinc.
Ella llegó hasta este lugar hace 30 años. Recuerda que cuando levantó la casa debieron tumbar algunos árboles. Afirma que ahora su vivienda está más deteriorada. “Hay goteras, cuando llueve es terrible. Me muero de miedo que la casa se derrumbe”.
Quishpe se dedica a lavar ropa para subsistir. Ella cobra USD 1,50 por cada docena. Dice que ese presupuesto le alcanza solo para comprar lo necesario para subsistir y no puede mejorar o cambiar su vivienda. Ahora ella vive sola, junto a la casa de su hija, quien tiene dos niños.
El Municipio realizó un catastro para determinar cuántas viviendas están en riesgo. Según el censo, seis barrios están asentados en zonas de protección ecológica.
Pero Quishpe asegura que nadie del Municipio se ha acercado para hablar con ella. “Nunca hemos conversado con las autoridades sobre eso”.
El proyecto del Cabildo pretende reubicar a las familias que están en estas zonas. En el plan también se incluye la legalización de barrios informales.