A las 11:20 de este jueves, los bomberos empezaron a bombear agua ladera abajo, para sofocar completamente el incendio en la quebrada del Guambi, en Puembo.
Con esta estrategia se espera llegar a la parte baja de la quebrada a donde los bomberos no pueden acceder. La topografía conformada por peñas y rocas hace difícil el acceso.
A las 11:00 se sumaron seis bomberos más a las labores que las realizaba otro grupo de seis, trabajadores de la empresa Pronaca también colaboran con las tareas. Con mangueras y baldes lanzan agua a los focos pequeños que se volvieron a prender, en la mañana había cinco, ahora quedan dos.
Se llena una piscina instalada en el sector de las granjas de la empresa Pronaca, cuya capacidad es de 1000 litros. Se instalará otra en el otro extremo de la ladera. El propósito es bombear el agua desde las dos fuentes, a través de mangueras, hacia la zona baja de la quebrada, donde aún no se logran controlar las llamas.
Los bomberos no pueden ingresar al sitio para hacer un trabajo manual por las difíciles condiciones, la ladera, que es muy empinada. Deben caminar en medio de chaquiñanes y vegetación quemada por lo menos unos 400 metros.
Se espera que la estrategia de bombear agua dé buenos resultados, y así poder controlar completamente el incendio hasta el mediodía.
Nueve bomberos permanecieron en vigía toda la noche. Ellos vigilaron la zona para evitar que las llamas se propaguen a otros sitios. Este riesgo es permanente por los fuertes vientos de la zona.
El panorama es gris. En las laderas quedaron troncos y pencos carbonizados. Manchas blancas, producto de la ceniza, cubren las laderas.
Hasta esta mañana aún se observaban nubes de humo que salían de entre la poca vegetación que quedó tras el voraz incendio, que según vecinos, se inició el sábado pasado.
Cerca de la zona permanecen dos tanqueros cargados de agua, personal de la Empresa Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) también colabora con los bomberos.
A diferencia de los otros días, esta mañana el ambiente fue más calmado. Los comuneros retomaron sus actividades agrícolas y tampoco hay presencia de militares.