Ayer hubo un acto especial, en el XI Festival de Bandas Estudiantiles y Bastoneras. Granaderos de Tarqui presentaron uno de sus llamativos desfiles.
Representantes de los 42 colegios participantes se formaron para recibirlos. Luego, el teniente Jorge Cadena le entregó a cada delegación una estatuilla de bronce. Era la figura de un Granadero de Tarqui, con una bandera del Ecuador, sobre un caballo.
Para los estudiantes fue un honor recibir este regalo, y para el mayor Cadena, una alegría entregárselo. “El presente sintetiza el trabajo que hacemos como Granaderos de Tarqui, en el Palacio de Carondelet, con nuestro lema ‘lealtad hasta el sacrificio’. Yo les vi muy emocionados y motivados”.
Mientras tanto, afuera, había decenas de chicos que querían ingresar. Compraban entradas de hasta USD 4, cuando el valor original era de USD 2.
El Espejo presentó una coreografía con un mix musical. Temas tropicales y festivos como El negrito de la salsa, La Lambada, El tu ta tu ta, La cinturita contrastaron con El caporal, un tema al ritmo de saya tradicional boliviana. Chicas del Juan Montalvo, San Antonio de Padua y otros bailaban ritmos como reggaetón, merengue, cumbia, salsa, etc. La banda de guerra, bastoneras y bailarines del Humberto Fierro, de Tulcán, fueron invitados especiales.
Una de las bandas más numerosas fue la del colegio Juan Montalvo. Los estudiantes cumplieron con los 10 minutos que tenían para presentarse, y luego se retiraron. Entre los dirigentes de esta banda estaba Pablo Villamarín, quien se graduó hace siete años.
Fue brigadier mayor de banda y apenas egresó volvió como instructor. Para él, es importante porque fue la institución donde creció. Cada sábado acompaña a los alumnos en sus ensayos.
El joven recuerda que en su tiempo eran comunes los problemas entre las barras de los colegios, también en encuentros deportivos. “Ahora hemos conversado con los compañeros del Mejía y nos llevamos ya entre barras, poco a poco tratamos de frenar todo eso. Las peleas se mantienen con colegios como el Montúfar o el Central Técnico, que a veces buscan bronca”, dijo Villamarín.
Ayer no participó la banda del colegio Montúfar, pero en los graderíos se pudo ver una bandera con el nombre de la institución. Mientras en la cancha, los estudiantes se esforzaban por mostrar un espectáculo de calidad, en las barras se generaban líos.
La banda del colegio Central Técnico recibió un llamado de atención. A través de los parlantes fueron notificados de que no podrían participar el próximo año, por mal comportamiento. Al calor de las barras, algunos treparon a las mallas del estadio. Además, se pasaron minuto y medio.
En otras zonas de los graderíos ocurrían incidentes parecidos. Chicos del Dillon y de La Salle gritaban ofensivas barras y se arrojaban botellas de agua. Entre el Miguel de Santiago y el Consejo Provincial volaban, además, palos, piedras y botellas de cerveza.
A momentos parecía que se trataba de barras bravas en un partido de fútbol. Los chicos llevaron pancartas con frases como ‘Demencia Mejía’, ‘Sucre Albirroja’, ‘Pasión montalvina’, ‘Demencia Centralina’, ‘Fuerza azul gris’. Arrojaban rollos de papel higiénico y de papel para máquinas registradoras mientras gritaban.
300 elementos policiales intentaban evitar enfrentamientos. Cada delegación debía salir apenas terminara la presentación de su banda. Pero en momentos se sentía la necesidad de aumentar el personal. Por eso, el teniente coronel William Pozo, comandante de la Unidad de Vigilancia Sur, pidió refuerzos de Quitumbe.
“Conversamos con los organizadores para que realicen estos actos por sectores. Que los colegios del centro, del sur y del norte se presenten en sus zonas. Muchos vienen pensando en enfrentarse con los otros colegios”, dijo.