Seis albañiles retiraban ayer unos palos colocados en la entrada principal de la casa patrimonial, ubicada en la 12 de Octubre y Coruña, que fue derrocada el viernes pasado. Uno de ellos explicó que colocarían unas mallas para impedir el acceso. Aclaró que no continúan con el derrocamiento porque está suspendido.
Los sellos de suspensión de la obra, colocados por la Comisaría No. 1 de la Zona Centro, aún permanecían en las paredes que quedaron en pie.
Un vecino, que prefirió no identificarse, miraba desde la vereda los escombros de la casa donde funcionó el Hostal Santa Bárbara. “Esto demuestra la ambición de las empresas constructoras que no consideran lo patrimonial, estético y hasta ambiental”.
Este vecino vive desde hace 15 años en el sector y para él, la casa le daba armonía al paisaje, dominado por edificios, donde funcionan oficinas.
En la casa aún permanecen intactos los jardines y las dos palmeras, detrás de ellos se observan los escombros de la vivienda, que según los moradores del lugar, estaba desocupada.
Hortensia Betancourt, quien vive 20 años en el barrio, aún recuerda el bullicio de los dos tractores que desde las 05:00 del viernes encendieron motores y con sus palas destruyeron la casa.
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A ella le llamó la atención la hora, “aún era oscuro, no amanecía”, y que era feriado como para hacer un trabajo de este tipo. Como sabía que la casa era patrimonial, sospechó que la demolición no tenía autorización.
Ella vive en el edificio contiguo y desde la ventana de su cocina filmó la intervención con el celular.
Betancourt recordó que estaban unos 15 obreros, comenzaron suavemente a derrocar la casa, luego las palas de los tractores golpeaban por todo lado.
“Aún recuerdo el impacto del estruendo que provocaron”. Ella debía viajar a Guayaquil. A las 07:00 se encontró en el aeropuerto con Olga Woolfson, gerente del Plan SOS del Ministerio de Patrimonio, le mostró los videos y alertó del hecho. Por el aviso de los vecinos, llegó la Policía Metropolitana y detuvo la obra.
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La casa consta en el inventario de bienes patrimoniales. Según la lista de 1990, el inmueble es de propiedad de la Constructora Herdoíza Guerrero SA., tenía 772 m² de construcción. El área del terreno es de 1 908 m².
Dentro de las observaciones, en la ficha constaba que estaba inventariada y que cualquier modificación debía contar con autorización de la Comisión de Áreas Históricas. En la Dirección de Inventario de Patrimonio informaron que no han recibido solicitud alguna para este fin.
Jorge Albán, alcalde encargado y miembro de la Comisión de Áreas Históricas, confirmó que el propietario no tenía autorización para demoler la casa.
Por esta causa se suspendió temporalmente la obra y se inició en la Fiscalía un proceso judicial, por la destrucción de un bien patrimonial. Albán dijo que los propietarios se amparan en un recurso interpuesto ante un juez, no especificó cuál, por la negativa que recibieron del Municipio para hacer intervenciones de obras pequeñas.
La acción judicial entablada por el Cabildo determinará si el juez tenía atribuciones para aprobar la demolición.
La residencia fue construida en 1943 y tenía un estilo neocolonial del siglo XX. En 1993 fue adecuada para el funcionamiento del Hostal Santa Bárbara. En 1998 fue declarada Patrimonio Cultural de Quito.
“Entre las sanciones se establecen multas, la reconstrucción del inmueble y hasta prisión, porque es un delito”, dijo Albán.