Las obras de lo que será la extensión de la avenida Simón Bolívar empezaron. Tendrá 21,74 km entre Carapungo y la Mitad del Mundo.
El caos es evidente: más de 500 metros de trancón, pitos que suenan incesantemente y caras largas de los conductores fastidiados. Por la intersección de la Panamericana Norte y la avenida Simón Bolívar, (sector Carapungo) cruzan cerca de 140 000 vehículos al día.
Unos 69 000 circulan por la primera y otros 75 000 por la segunda. En los predios que rodean el complicado cruce, una cerca verde advierte a los usuarios que una obra se avecina. La primera fase de la prolongación de la Simón Bolívar se inicia en ese preciso lugar.
Allí nacerá la av. Equinoccio, que se extenderá hasta la Mitad del Mundo, sector La Marca, y permitirá a las personas que van desde y el noroccidente evitar la Córdova Galarza, la Diego Vásquez de Cepeda y la Panamericana.
La obra
En la actualidad, hacer ese recorrido toma cerca de 45 minutos. Carmen Barahona, usuaria de la vía, cuenta que los tiempos empeoran en hora pico: “La fila llega hasta Carcelén”. La nueva vía busca reducir ese tiempo a la mitad. Para aligerar la congestión, en un año se terminará la construcción de un intercambiador de tres niveles en ese sector, donde empieza la av. Equinoccio.
El nivel alto será para los vehículos que van por la Panamericana Norte, el nivel medio, para aquellos que van por la Simón Bolívar y el subterráneo para quienes que quieran desviarse hacia Carapungo.
A unos 800 metros de allí los tractores abren la nueva arteria. Desde la calle C, vía a Carapungo, se puede ver a lo lejos cómo maquinaria pesada mueve la tierra y el camino va tomando forma.
En dos años y medio concluirá la construcción de la avenida más amplia y larga del norte: la av. Equinoccio tendrá una extensión de 21,74 km.
Germánico Pinto, gerente general de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas, contó que en el sector se están haciendo intervenciones de tipo sanitario y reubicaciones de tuberías. Las estructuras que habían en este sitio fueron retiradas.
Para habilitar la carretera, será necesario ejecutar cerca de 400 expropiaciones.
Los predios expropiados
La vía pasa junto a la casa de Oswaldo Castro, quien vive en el barrio San Francisco del Norte, hace 20 años. Cuenta que allí las expropiaciones fueron mínimas pues las viviendas respetaron el retiro ya que sabían que por allí pasaría una vía. Lo que se perdió, dice, fueron espacios verdes.
En Pomasqui, en cambio, varios predios perderán terreno debido al paso de la vía. En La Dolorosa, por ejemplo, unas 15 familias frentistas de la vía recibieron ya la notificación.
Decenas de familias que también serán expropiadas en el sector de la urbanización de la Liga y de Carcelén Mitad del Mundo, esperan información sobre el valor que recibirán por sus predios expropiados.
Fernando Lugmaña, presidente de Carcelén Mitad del Mundo, insiste en la falta de comunicación por parte de las autoridades.
En total, el proyecto tendrá un costo de cerca de USD 120 millones. Solo la apertura de la vía costará USD 80 millones y en expropiaciones se cancelará cerca de USD 30 millones. La obra no pudo avanzar a buen ritmo en un inicio, según Pinto, por el retraso en el desembolso del crédito desde China.
Alfredo Viteri, experto en movilidad, explica que con la obra se descargará el tránsito de la Córdova Galarza, del redondel de El Condado e incluso de buena parte de la Panamericana Norte.
Según el último censo realizado por el INEC en el 2011, en las parroquias del noroccidente como Calacalí, San Antonio de Pichincha, Nanegalito, Nono, El Condado, Carcelén, Ponceano, etc., habitan 363 375 personas.
“Sobre todo será de gran utilidad para el transporte de carga que trae productos desde el noroccidente. Ya no tendrán que entrar a la ciudad para nada. Además, servirá para llegar a Tababela, cuando esté lista la vía Collas”, señala Viteri.
‘Queremos un precio justo’
Marco Basantes, Presidente del Barrio La Dolorosa
No nos oponemos a la apertura de la vía. Sabemos que es un proyecto grande que beneficiará a la gente. Pedimos que nos paguen un precio justo. Ya nos reunimos con las autoridades y nos dijeron que pagarían USD 12 por metro. Es muy poco. Al lado de nuestro barrio hay una empresa que tiene solo terrenos y les van a dar USD 25 por cada metro. No se dan cuenta que tenemos nuestras casas y que es un daño tremendo el que pasaremos.
Con el dinero que nos darán no podremos comprar un terreno. Estamos muy preocupados. Por esto, enviamos un comunicado al Municipio hace seis meses pidiéndoles que revisen esta cuestión, pero no nos han respondido nada. El otro día a un vecino le dijeron que esté tranquilo, que no nos afectarán las casas, pero no es así. Incluso ya vinieron los trabajadores y dejaron marcando por dónde va a pasar la vía. A mí se me va medio terreno y gran parte de mi casa.
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