Dos carriles y no más de cinco cuadras se convierten en una pista, donde cuatro unidades de transporte urbano aceleran para ganar el primer lugar. Los cuatro buses circulan por la avenida Napo y son de distintas empresas de transporte. Los correteos aún no han terminado en las vías, pese ala aplicación de la caja común.
29 conductores han sido sancionados por la Agencia Metropolitana de Tránsito desde el 11 de noviembre (fecha en la que el Municipio asumió las competencias de tránsito) hasta el 24 de este mes. Entre buses de la misma cooperativa o compañía esta práctica ha disminuido e, incluso, hay conductores que comentan que desapareció.
Pero, por ejemplo, en vías como la autopista Rumiñahui todavía se puede ver estas ‘competencias’ entre compañeros. Entre operadoras distintas, la avenida Maldonado, a la altura del puente de Guajaló, es uno de los puntos para la disputa. Una unidad urbana rebasa a una intercantonal.
En la ciudad, de las 62 operadoras, 34 ya son parte de este método de cobranza. Sin embargo, para el Presidente de la Corporación de la Movilidad (integrada por tres cooperativas, 800 buses), para evitar este panorama, el modelo de caja común como funciona actualmente no es suficiente. Se debe establecer un sistema de recaudo centralizado, pues “la única diferencia para el usuario es recibir un boleto“.
En Quito, según datos del Municipio, hay 3 000 buses, de estos 2 100 son convencionales, 600 interparroquiales y 400 son parte del sistema integrado. Para Yánez, otra opción es la creación de consorcios entre varias cooperativas o compañías de transporte.
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Más competencias
Mientras eso ocurre, Luis Muñoz, morador de El Recreo, experimenta a diario los correteos en su barrio. “Hay que ir teniéndose para no salir volando”, ratifica.
Los buses de tres operadoras son los protagonistas de la competencia. Muñoz llega hasta el Playón y luego debe repetir la travesía en la autopista General Rumiñahui, hasta llegar al puente tres.
La ‘carrera’ en la avenida Napo, en cambio, se concreta en el tramo desde el Playón de La Marín hasta la altura de La Tola, en sentido sur-norte, donde los conductores de buses Ecuatoriana, Planeta, 7 de Mayo, Quitumbe, entre otros, aceleran para lograr girar primero por la avenida Pichincha y retornar hacia el sur.
Édison Chaluiza, conductor de un bus que cubre la ruta Peaje-La Marín, relata que las carreras son en la avenida Maldonado, cuando las unidades de distintas cooperativas que llegan al centro confluyen. En el caso de su compañía, los vehículos salen con una frecuencia de 10 minutos. En un día “bueno”, logra recaudar USD 150, y, en uno “malo”, 100.
Cada día recibe 10 paquetes de boletos para pasajes de 25 centavos y 5 de 12. Cada paquete tiene 100 tiques.
David Inga, conductor, sale desde la Cooperativa Reino de Quito, en el sur, y toma la avenida Mariscal Sucre. Las contiendas, comenta, son a la altura del barrio Mena 2, en la avenida Napo y en La Marín. La recaudación diaria es de, en promedio, USD 140. Recibe 10 paquetes de boletos (25 centavos) y 10 (12 centavos). Logra dar siete vueltas.
Pero, para otros choferes como Marcos Villegas, la situación ha mejorado y casi no hay correteos. Él logra recaudar hasta USD 180 diarios. Beatriz Tapia, pasajera, concuerda con él. Ella viaja a diario desde la Pasteurizadora Quito, sector de Luluncoto, hasta la 6 de Diciembre y Eloy Alfaro.
El correteo entre buses corresponde a una contravención grave de primera clase, con una sanción de USD 102 y seis puntos menos en la licencia de conducir. De acuerdo con el Municipio, se realizan controles constantes.
Otro punto en donde los correteos son de todos los días es la av. Mariscal Sucre, en ambos sentidos. Las diferentes unidades de transporte urbano e interparroquial aceleran con el fin de “ganar” pasajeros. Esto ocurre, en ambos sentidos, entre el redondel de El Condado y los túneles.
En contexto. Con la caja común se da paso a un nuevo sistema de recaudación en el transporte público del Distrito Metropolitano. Sin embargo, es un punto de inicio para garantizar la seguridad del pasajero. Está pendiente una reorganización de frecuencias.