Unas rayas rojas y negras manchan las paredes y puertas de todos los locales comerciales y casas de la avenida Amazonas, en el tramo entre la Orellana y La Niña. Algunas forman dibujos y firmas, también hay frases.
Los grafitis están en el sector desde hace más de un año, según Raúl Vásquez, dueño de una imprenta. Cada vez aparecen más, incluso sobre los que ya fueron pintados. Por eso se ha resignado a vivir con los rayones en su puerta enrrollable. “No es nada estético para la ciudad. Es la gana de perjudicar a los demás”.
En junio del 2010, el Municipio de Quito firmó un convenio con los Movimientos de la Cultura Hip Hop Grafiti, a través del cual se definieron 20 espacios para que los grafiteros expresen su arte y así cuidar el ornato de la ciudad. Uno de ellos está en la calle Carchi, son dos cuadras.
Allí, los dibujos son más artísticos. Para Joselyn Cuzme, vecina del sector, cada grafiti tiene sentido y expresa un mensaje.
La gerencia de Espacio Público aclaró que el acuerdo se hizo con grafiteros artísticos y este se cumple. Sin embargo, hay personas comunes que ponen su marca en el espacio público.
Espacio Público invierte USD 350 000 cada semestre en el mantenimiento de las áreas que son agredidas con los grafitis. Se pintan 2 000 metros cuadrados diarios, con dos cuadrillas de 10 personas cada una.
Los sitios más vulnerados son los pasos a desnivel. Un caso es el de La Y, en la av. De la Prensa.
Allí se dan modos para pintar los bordes que están sobre los locales comerciales. Ruth Pozo, de una tienda de vitrinas, cuenta que a inicios de la semana pasada el Municipio pintó el puente, pero el jueves ya aparecieron nuevos grafitis, incluso en las seis puertas enrrollables del local.
Para arreglar las puertas necesitan de por lo menos USD 100, sin contar con la mano de obra del obrero que cobra USD 20 por día, se requiere de dos trabajadores.
En varias ocasiones, Pozo ha encontrado a personas grafiteando en el puente, a las 07:30. “No he podido hacer nada para impedirlo, no sé dónde se denuncia”.
En el norte, los puntos críticos también son El Labrador, la Tarqui, El Guambra. En estos sectores se pintan las fachadas y en la noche ya están grafiteadas.
Otro sector irrespetado por los grafitis es la av. 6 de Diciembre, en el sector de La Mariscal. En cinco cuadras seguidas: Lizardo García, José Calama, Mariscal Foch, Joaquín Pinto y Wilson hay rayones y manchas de pintura.
Los dos frentes de la casa esquinera de la 6 de Diciembre y Calama están cubiertos de dibujos, firmas y manchas. Allí hay cuatro locales comerciales, entre ellos, la peluquería de Azucena Proaño.
En la pared, junto a la puerta de ingreso de su local, hay rayas hechas hasta con marcador. Proaño cuenta que la casa fue pintada hace un año. “No se puede volver a pintarla, no hay respeto”.
Xavier López tiene un restaurante en el sector, la fachada de su local también fue pintada, las rayas están hasta en la caja de los medidores de la luz eléctrica. “Nos afecta porque perjudican el ornato de la casa”.
En el 2011, en los operativos de la Agencia Metropolitana de Control se sancionó a 103 personas por grafitear. En este mes ya hay 13 multados.
La multa por esta contravención, dentro del marco general de la Ordenanza 0332, corresponde al 0,5 % de la Remuneración Básica Unificada (USD 292).
La calle Machala es otro foco de agresión, ni las paredes con ladrillo visto se salvan, sobre ellas también hay rayones.
La frase “Kda día te quiero más” cubre casi toda la pared de la tienda de Nancy Quinchiguano, quien no pinta la casa desde hace dos años. “Es mejor dejarla así, porque se gasta tiempo y dinero”.
Según Espacio Público, las administraciones Eloy Alfaro y Quitumbe son las más conflictivas. Hay grafitis en El Trébol, av. Rumiñahui y en la Morán Valverde.
Dónde grafitear
El Muro de la Valparaíso.
Muros de La Libertad.
Calle 5 de Junio.
Calle Carchi, en San Juan.
Calle D y K (San Isidro de Puengasí).
Calle Ramón Pacheco.
Cancha de El Placer.
Muro puente de Guápulo.
Av. Velasco Ibarra, sector El Trébol, Tola Baja (en condominio y la Iglesia).
Calle General Miller.