Autoridades se reunieron para definir los planes de prevención frente a una posible erupción del volcán Cotopaxi. Foto: Alfredo Lagla/ EL COMERCIO
La mañana de este martes 14 de julio del 2015 se conformó la séptima mesa del Comité de Operaciones de Emergencia de Quito, para trabajar en temas de prevención frente a una posible erupción del volcán Cotopaxi.
En total, las mesas técnicas de trabajo, según el manual de riesgos, son ocho y se dividen según las temáticas, según informó Juan Zapata, secretario de Seguridad del Municipio de la ciudad.
La séptima tiene que ver con educación, cultura, patrimonio y ambiente. Pero hay otras que se encargarán de otros aspectos de importancia como distribución de agua, salud, infraestructura, atención y seguridad integral de la población, productividad, etc.
El funcionario municipal aclaró que se debe conservar la calma, porque estas acciones se toman como prevención y no por alarmar a los pobladores de las zonas aledañas al volcán, que presenta una actividad anómala desde abril pasado. El objetivo es que la gente esté preparada para enfrentar una posible emergencia.
Al encuentro también acudieron Patricia Mothes y Mario Ruiz, técnicos del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional, quienes informaron sobre la actividad del Cotopaxi.
El secretario de Seguridad, Juan Zapata, junto a Patricia Mothes y Mario Ruiz, técnicos del Instituto Geofísico, explicaron cuáles son los escenarios que se manejarán para realizar los planes de contingencia de la posible erupción del volcán Cotopaxi. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO
Ruiz, director del Geofísico, señaló que actualmente el volcán presenta un número de sismos 10 veces mayor a los de su nivel normal y que este lunes 13 de julio hubo una emisión de 2 500 toneladas de dióxido de azufre, frente al valor normal de 300 toneladas diarias.
“Esta actividad anómala puede ser reversible. Hasta el momento no descartamos que la actividad retorne a sus niveles normales o se sostenga con algunos altibajos en las próximas semanas. Es muy crítico (necesario) monitorear cuidadosamente al volcán”, dijo.
Agregó que de la información recabada en ese monitoreo se podrá sacar conclusiones sobre cómo podría desenvolverse el volcán a futuro. La cantidad de sismos (duran hasta 30 segundos) actualmente está entre 20 y 40 por día, que es menor a la actividad de meses pasados.
Pero los tremores, que son vibraciones de hasta 10 minutos, reflejan un nivel más alto de actividad a la que representan los sismos. “Por eso estamos poniendo todo el cuidado en el monitoreo del volcán. Mientras la actividad no disminuya, vamos a seguir enfrentando un escenario de una posible erupción del volcán Cotopaxi. Ventajosamente, nuestro sistema de monitoreo y cómo están comportándose los datos, lo menos probable es que tengamos algo súbito, inesperado o imprevisto”, explicó.
30 instituciones del gobierno local y nacional participan en el plan de contingencia. Zapata indicó que 6 000 funcionarios municipales de tránsito, seguridad, administraciones zonales, empresas de agua potable y de obras públicas, entre otras, trabajarán en el diseño y ejecución de estos planes.
Hasta el momento se han realizado capacitaciones en entidades educativas de los valles de Tumbaco y de los Chillos, especialmente en las zonas consideradas de riesgo, por estar cerca de quebradas y cauces de ríos por donde bajarían lahares, en caso de una erupción del coloso.
Personal del Municipio de Quito realiza monitoreo constante del cauce del río Pita, uno de los de mayor riesgo para la población, y además fuente de agua para abastecer a 500 000 personas en el distrito metropolitano de Quito. Otro tema importante es mantener abiertas vías como Interoceánica o Ilaló, por ejemplo.
Zapata informó además que se conformó una mesa interinstitucional técnica y de decisión con los cantones pichinchanos de Rumiñahui y Mejía, para tener una estrategia conjunta. Este jueves 16 de julio habrá una reunión en Latacunga, provincia de Cotopaxi, para tratar este tema.
Mientras tanto ya se han identificado cuatro áreas de refugio temporal para que alrededor de 200 000 personas puedan acampar, en casos de emergencia y 15 puntos de encuentro con capacidad para 100 000 personas, en el área de influencia (valles).