El Municipio estableció reglas para la operación de los ‘food trucks’ en el espacio público, en septiembre del 2016. Decenas de dueños empezaron a asociarse y luego optaron por rentar espacios en los denominados ‘food parks’. Según la Secretaría de Desarrollo Productivo, tras las inspecciones de Quito Turismo, seis plazas cumplen actualmente con la normativa y 32 se encuentran en ese proceso.
David Maldonado, de una asociación de ‘food trucks’, recuerda que se abrió un proceso para optar por un lugar en el espacio público, mediante un sorteo que se realizó el 10 de junio del 2017. La participación en el sorteo fue mínima, dice, porque se ofrecían pocos espacios que no eran muy comerciales.
Por eso llevó su idea del ‘food truck’ Inka Burguer, a un terreno rentado en la Gaspar de Villarroel. El objetivo era ofrecer diversos tipos de comida en un mismo lugar: hamburguesas, milanesas, alitas, waffles y cocteles. Al pasar a terrenos, estos negocios están regulados bajo la normativa de venta de alimentos y bebidas, según la Secretaría.
En el sur de Quito, 10 dueños de negocios pasaron de la Tribuna a La Vieja Estación, un terreno rentado por USD 2 000 mensuales más alrededor de 800 en servicios básicos.
Todos los socios se dividen ese monto y pagan en partes iguales, según Edwin Ocampo, presidente de esa asociación. Pero no todos los emprendedores que iniciaron en este patio continúan hoy. Varios cerraron y dejaron su puesto a otras propuestas, como las cachapas venezolanas.
Franklin Jaramillo rentó y adecuó un terreno en donde abrió El Vagón Gastro Plaza, en el sur. Renta espacios por entre USD 300 y 450 y ofrece exclusividad a cada producto, para propiciar un negocio más atractivo y más rentable.
Jaramillo, Ocampo y Maldonado coinciden que en el norte y en los valles del Distrito es más complicado instalar uno de estos negocios, porque hay sitios donde el arriendo puede oscilar entre USD 1 000 y 2 500.
A las regulaciones municipales y a los arriendos se suma la competencia. David Maldonado considera que conforme aumentó la competencia, empezaron a rotar marcas en ciertos patios. En otros, los administradores optaron por remodelar o cerrar, como ocurrió con un patio en La Pradera, que dejó de funcionar.
Otro caso es el de La Platea, que según uno de sus propietarios, Pablo Alomía, debió cerrar para remodelar y ofrecer mayor comodidad a los clientes. Se necesitaba contrarrestar el frío, que suele ser un ‘pero’ de estos negocios. El patio se inauguró en junio del 2016 y lleva algo más de un mes cerrado. Tenía 14 locales, pero en esta nueva etapa serán siete.
Alomía afirma que la reducción de locales es una consecuencia al hecho de que ese concepto empezó multiplicarse y fue necesario innovar.
Según Maldonado, la asociación de ‘food trucks’ de la que forma parte pasó de 20 miembros a 14. Y de los cerca de 180 carros que calcula trabajaban en Quito, el 70% se guardó o fue vendido.
Para el vicealcalde Del Pozo, las regulaciones municipales son necesarias, pero no debe generar trabas sino viabilizar actividades de forma regulada. Agrega que es normal que existan patios o ‘food trucks’ que deban cambiar o dejen de funcionar, por la ley de oferta y demanda.
Del Pozo aclaró que no está previsto que se cree una nueva ordenanza para este tipo de negocios, porque ya existe una resolución y otras normativas que son aplicables.
Con respecto a los espacios para ‘food trucks’ que van solos en la calle, se informó que el 28 de noviembre se realizará un sorteo para esos espacios. En el sorteo de abril pasado, tres beneficiarios completaron el proceso y obtuvieron su permiso en Iñaquito. De los 30 inscritos, solo la mitad asistió al sorteo y 11 cumplieron con los requisitos, según datos del edil Eduardo del Pozo.
El Municipio habilitó alrededor de 60 espacios en el 2016 y este año bajó a 28. Para el 2018 están 23 puntos en cinco franjas horarias y está previsto que la convocatoria se realice pronto. Estarán disponibles 15 espacios en la Administración Eugenio Espejo, dos en La Delicia, cuatro en la Eloy Alfaro y dos en Quitumbe, según la Secretaría de Desarrollo Productivo .
En contexto
La normativa municipal puso reglas a los ‘food trucks’ que desde hace unos dos años empezaron a trabajar en las calles de la ciudad. El número de espacios disponibles se limitó a 23 y se debe participar en un sorteo. Decenas de dueños prefieren buscar espacio en los ‘food parks’.