Renato Salas. Técnico ecuatoriano de fútbol
Redacción Deportes
La Selección no consiguió ni un punto en sus dos últimos cotejos, después de haber estado en zona de clasificación. ¿Cómo se explica ese bajón de rendimiento?
Desde afuera, fue evidente que en los últimos partidos faltó un mejor estudio de los adversarios. Esos detalles marcaron la diferencia. Claro que, desde la intimidad del equipo, debe salir un análisis más preciso.
¿Cómo se evidenciaron esos detalles en los partidos de la Selección?
Aunque existió un estudio de los adversarios, quedaron cosas pendientes por analizar. Eso se reflejó en los juegos con Uruguay y Chile. Uruguay, por ejemplo, hizo una respuesta táctica coherente al planteamiento de la Selección, con marcación alternada por los costados, con cambios profundos en el ataque. Ecuador mostró un patrón de juego definido, pero le faltaron variantes.
¿Por qué está aquí?
Su experiencia. Ejerce la dirección técnica hace 16 años y posee cinco cursos en el exterior. Ascendió a Católica a la Serie A este año.
Su punto de vista. La presión por los resultados se sintió con más fuerza en las dos fechas finales de las eliminatorias y jugó en contra de la Selección.
¿A qué se refiere con patrón de juego y variantes?
El patrón de juego es la forma en que el equipo se plantea en la cancha y las variantes son herramientas que ayudan a enfocar de otra forma el partido y utilizar diferentes estrategias ante el rival. Sin variantes, un equipo o una selección se queda sin respuestas.
¿Por qué a Ecuador le faltaron más variantes en los partidos en el Atahualpa?
En los partidos de visitante, el equipo estaba más ordenado y no tenía que proponer demasiado un juego ofensivo. En cambio, de local los rivales se replegaban y no existían argumentos efectivos para romper las barreras defensivas. Ecuador tuvo profundidad, movilidad, buen toque, criterio, ritmo… pero falló en la finalización de la jugada. Esos aspectos se debieron trabajar más.
Otro problema fue la ausencia de goleadores. Pero Ecuador contó con delanteros que se caracterizan más por su movilidad y el juego por los costados…
Cuando existen dos delanteros con esas características, el entrenador debe obligar a uno de ellos a jugar por fuera. Esto hace que el repliegue del equipo adversario se vuelva complicado y exista confusión y distracción.
¿Cómo se reflejó eso en los partidos de la Selección?
El ejemplo más claro es el partido ante Chile. Los chilenos anotaron el gol sin tener a un delantero definido en el área: (Humberto) Suazo llegó desde atrás y anotó. (Marcelo) Bielsa demostró variantes para atacar sin un delantero definido, utilizó a tres. Ecuador intentó, en ocasiones, jugar con un delantero por fuera y otro en el área, aunque sin fortuna.
¿La falta de gol terminó por convertirse en una amenaza en el patrón de juego de la Selección?
Sí. Cuando una oportunidad se intenta convertir en fortaleza, al final puede transformarse en una debilidad. Si no se consiguen goles, pueden llegar anotaciones en contra. Eso se refleja en las desatenciones del equipo para manejar resultados. A veces, hay que manejar el ritmo del partido y controlar el balón. Eso permite que la reacción del rival sea controlada de mejor forma.
¿Hasta que punto las variantes influyen para manejar un resultado?
El equipo debe reconocer los niveles de energía en un partido. Por lo general, si un rival sale desde el primer minuto a buscar el arco contrario, a los 10 minutos se toma un respiro. Entonces, es el momento adecuado para realizar una réplica. Los siguientes respiros son a los 17, 39… minutos. Son aspectos que se los aprende en un partido.
Usted habla de aspectos futbolísticos. Pero ¿cuánto influye la presión por conseguir una clasificación cuando quedan pocos partidos?
La presión sobre un equipo crece cuando las posibilidades de clasificación se acortan. En el plantel crecen los niveles de estrés. Sin embargo, existen parámetros psicológicos para revertir la presión de los jugadores.
¿Cómo funcionó en Ecuador la presión cuando solo existían dos partidos para la clasificación?
En las primeras fechas, Ecuador tenía posibilidades y la presión era mínima. Pero cuando el equipo llegó a los últimos partidos, la presión se volvió visible. Ecuador tiene jugadores experimentados que saben manejar la ansiedad. Pero de pronto no existió un equilibrio en el resto para sobrellevar la desesperación. Eso jugó en contra y cortó el verdadero potencial del equipo.
¿Hasta qué punto la Selección requiere un nuevo patrón de juego ahora que quedó fuera del Mundial?
Eso dependerá del técnico. Sixto (Vizuete) acumuló mucha experiencia y debe tener claro estos aspectos, pero no tendrá otra oportunidad. El nuevo entrenador debe ser analítico y conjugar las virtudes individuales y colectivas de los jugadores.
¿La eliminación permite un recambio de jugadores para un nuevo proceso?
Es prematuro pensar que se puede hacer un cambio inmediato. Pero sí se puede trabajar en las necesidades de la Selección. Por ejemplo, es posible que a un nuevo Mundial no lleguen jugadores como Iván Hurtado. Por eso, hay que trabajar en cubrir ese puesto.
Con todo lo explicado, ¿cuál debiera ser el perfil del DT de Ecuador?
El técnico de Ecuador, ante todo, debe estar acorde a las exigencias del ritmo mundial.