Tegucigalpa, AFP
El presidente electo de Honduras, el derechista Porfirio Lobo, deberá buscar la salida del gobernante de facto si quiere lograr el reconocimiento internacional y reanudar la ayuda externa al empobrecido país, advirtieron los presidentes de Costa Rica y Panamá.
En la reunión que Lobo sostuvo ayer en San José con los presidentes de Costa Rica, Oscar Arias, y de Panamá, Ricardo Martinelli, ambos le dijeron que debe lograr que el gobernante de facto, Roberto Micheletti, renuncie antes del 27 de enero, día en que debe asumir el presidente electo hondureño.
Los mandatarios sugirieron además una “amnistía política” que beneficie tanto a todos los involucrados en el golpe de Estado del 28 de junio como al presidente derrocado Manuel Zelaya.
Ante la petición, Lobo dijo en Tegucigalpa estar dispuesto a “tocar las puertas” de Micheletti y todos los sectores que sean necesarios.
Sin embargo, obtener la renuncia del presidente de facto puede no ser fácil, pues es una demanda que la comunidad internacional ha hecho en forma reiterada sin éxito.
“Debemos resolver esta situación (el aislamiento internacional) porque (…) hay aproximadamente como 2 000 millones de dólares que no vamos a tener acceso”, por tratarse de ayuda exterior congelada o suspendida, reconoció Lobo.
“Esos fondos son (…) muy necesarias para poder iniciar un gobierno que atienda lo básico de nuestra población”, explicó.
Arias y Martinelli destacaron que el Acuerdo de San José/Tegucigalpa, firmado el 30 de octubre, establecía la formación de un gobierno de unidad y reconciliación, la salida de Micheletti y que la restitución de Manuel Zelaya, el presidente derrocado en el golpe de Estado del 28 de junio, fuera decidida por el Congreso, que finalmente la rechazó.
“Lo que la comunidad internacional aspira, desea y exige es que la banda presidencial el 27 de enero se le transfiera a don Porfirio Lobo por alguien que no sea don Roberto Micheletti”, dijo Arias, en una advertencia de que la promesa del gobernante de facto de que entregará el poder a Lobo ese día no es aceptable para la comunidad internacional.
Arias recordó que en el Acuerdo del 30 de octubre uno de “los puntos más importantes fueron la necesidad de la renuncia de don Roberto Micheletti”.
“Todavía queda pendiente la tarea de que el presidente de facto, don Roberto Micheletti, tenga que abandonar su cargo. Será un tema de discusión interna quien habrá de sucederlo”, agregó el presidente y Premio Nobel de la Paz.
Luego de las elecciones ganadas por Lobo, candidato del Partido Nacional (derecha) y quien apoyó el golpe, Zelaya advirtió que ya no intentaría retornar al poder para culminar su mandato, por lo que había luchado desde que fue derrocado.
Zelaya se mantiene refugiado desde el 21 de septiembre en la embajada de Brasil, y Arias y Martinelli también insistieron en que el Congreso hondureño debe aprobar una “amnistía política”.
Esta amnistía permitiría a Zelaya abandonar la embajada de Brasil, donde está cercado por cordones militares y policías, y exoneraría de culpa a los golpistas que lo derrocaron y lo mandaron al exilio a Costa Rica.
Micheletti reiteró ayer que entregará el poder el 27 de enero a Lobo, si antes no se integra el gobierno de “unidad y reconciliación”.
Otro de los desafíos de Lobo será combatir la ola de violencia que cobra un promedio de 14 vidas al día en el país.
Ayer fue asesinado a tiros por dos motociclistas en Tegucigalpa el jefe de la Dirección de Lucha contra el Narcotráfico, general retirado Julián Arístides González, quien investigaba a los capos de la droga.
El mismo día fue muerto a tiros por desconocidos en el norte del país el coronel retirado Osiris O’Connor, primo de Micheletti.