Médicos sin Fronteras ayudan a los damnificados a superar las crisis. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
El trabajo de los líderes comunitarios de las zonas afectadas es transcendental en épocas de desastre, ya que salvan vidas. Esta acción es parte de trabajo de Médicos Sin Fronteras, una organización de ayuda humanitaria que llegó al país tras el terremoto de 7.8 grados en la escala de Richter.
El movimiento telúrico del pasado sábado 16 de abril dejó daños en sectores como Pedernales, donde se registran casas derrumbadas, fallecidos, heridos y damnificados en las provincias de Manabí, Esmeraldas y otras.
La organización llegó el lunes 18 de abril, dos días después del sismo. Desde ahí no han parado. Se dedicaron a levantar información y trabajar con la comunidad. El tema principal fue ayudarles a que se recuperen de la situación que vivieron cuando la tierra se movió durante 45 segundos aproximadamente. Superar el miedo y el susto es uno de los objetivos que se plantearon.
Al momento, los integrantes de la organización han recorrido varias localidades como Chamanga, Muisne, Pedernales y otras localidades devastadas por el movimiento telúrico.
Además han pasado por los albergues para trabajar con los diferentes grupos sociales como adultos mayores, jóvenes, niños y demás. Al momento están 20 personas en los diferentes puntos.
Nestor Rubiano, encargado de Médicos Sin Fronteras en Ecuador, explicó que la ayuda que se brinda está relacionada con la formación de líderes comunitarios para que ayuden a las localidades a superar lo ocurrido. “Estamos realizando un trabajo anímico, psicológico en los albergues”, señaló.
Los líderes serán los encargados de formar a los niños y jóvenes para salir adelante y recuperar sus actividades. “Nosotros les acompañamos en las actividades. De ahí ellos son los que preparan su plan comunitario”, explicó.
Hoy, miércoles 27 de abril del 2016, cerca de las 10:00, dos de los integrantes de esta agrupación realizaban trabajos con los niños del albergue del Colegio Técnico, donde se albergó a 183 personas aproximadamente (la cifra varía con el paso de los días, porque llegan más personas).
Con lápiz, pinturas y hojas realizaban dibujos de animales. El principal fue la tortuga. Unos dibujaban el animal con una sonrisa. Otros prefirieron hacerlo con un rostro pacífico. Lo importante es divertirse, comentaron los niños.
Las actividades de Médicos Sin Fronteras seguirán realizándose en las semanas próximas en el territorio. Le apuntarán a la salud mental de los damnificados.