Oslo, AFP
El premio Nobel de la Paz fue atribuido al presidente estadounidense Barack Obama, el primer negro en llegar a la Casa Blanca, quien dio un giro radical a la política exterior de su país optando por una estrategia más consensual y multilateral.
“Como presidente, Obama creó un nuevo clima en la política internacional”, declaró en Oslo el responsable del comité Nobel noruego, Thorbjoern Jagland.
Gracias a Obama, “la diplomacia multilateral volvió a ocupar una posición central, con el acento en el papel que pueden desempeñar las Naciones Unidas y otras instituciones internacionales”, agregó Jagland, destacando asimismo el compromiso del mandatario en la lucha contra el cambio climático.
Obama se declaró “sorprendido” y “profundamente honrado” por el Nobel de la Paz, un premio que a su juicio no llega por sus propios logros, según señaló, pero que puede ser un “llamado a la acción” para todo el mundo.
“Me siento a la vez sorprendido y profundamente honrado por la decisión del comité del Nobel”, dijo Obama en los jardines de la Casa Blanca.
“Quiero ser claro: no lo veo como un reconocimiento de mis logros, sino más bien como una afirmación del liderazgo estadounidense en representación de las aspiraciones populares en todas las naciones”, añadió.
“Para ser honesto, no siento que merezca estar en compañía de tantas figuras que transformaron” el mundo antes, añadió en tono serio. “Pero también sé que este premio refleja la clase de mundo que esos hombres y mujeres, y que todos los estadounidenses, quieren construir”.
Obama, de 48 años, quien asumió el poder en Estados Unidos hace menos de nueve meses, abogó el mes pasado en Naciones Unidas por un planeta libre de armas nucleares, y el Consejo de Seguridad adoptó bajo su presidencia una resolución por la instauración de un mundo desnuclearizado.
En junio ya había tendido puentes entre su país y el mundo musulmán, durante un discurso en Egipto, luego de años de tensión provocada por los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington y de la “ guerra contra el terrorismo ” que Estados Unidos desencadenó en ese momento.
También se ha comprometido a cerrar la controvertida prisión de Guantánamo, donde quedan unos 200 prisioneros sospechosos de terrorismo, a pesar de que la Casa Blanca parece haber renunciado a la fecha inicialmente fijada de enero de 2010.
Pero no todo es de color de rosa. Obama empezó a sacar a las tropas estadounidenses de Irak, pero Estados Unidos sigue empantanado en el frente afgano, donde la situación se degrada rápidamente.
También sus intentos de conciliación en Oriente Medio, que convirtió en una de sus prioridades, están estancados. Las misiones de su enviado especial George Mitchell para reavivar el proceso de paz enfrenta numerosos obstáculos en Israel y los territorios palestinos.
El anuncio del premio suscitó reacciones en todo el mundo, como la del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para quien “el presidente Obama corporiza el nuevo espíritu de diálogo y compromiso con los principales problemas del mundo: cambio climático, desarme nuclear y un amplio rango de desafíos a la paz y la seguridad”.
El presidente afgano, Hamid Karzai, consideró que Obama era “la persona indicada” para recibir esa recompensa. Sin embargo, el premio fue criticado por los islamistas talibán, que consideraron que el presidente de Estados Unidos “no dio el más mínimo paso por la paz en Afganistán”.
Barack Obama es el tercer dirigente demócrata estadounidense que recibe el Nobel en pocos años, después de Jimmy Carter en 2002 y Al Gore en 2007.
Es asimismo el tercer presidente de Estados Unidos recompensado durante su mandato, tras Theodore Roosevelt en 1906 y Woodrow Wilson en 1919.
El premio Nobel le será entregado en Oslo el 10 de diciembre, en una ceremonia para la cual Obama ya confirmó su asistencia.