Simón Espinosa, del foro Cauce Democrática, explica que la falta de madurez política conspira contra el planteamiento de un candidato único.
¿Qué factores influyen para que no cuaje el llamado que Cauce Democrático formulara a la oposición, para articularse alrededor de un solo candidato presidencial?
La respuesta de las fuerzas políticas ha sido semipositiva.
¿Semipositiva?
Al menos varios de los actores invitados han convenido en vigilar el proceso electoral en las urnas y, así, evitar un fraude. Por eso hablo de respuesta semipositiva.
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¿El control electoral sería un paso adelante?
Es un pequeño e importante avance.
¿Ese compromiso de vigilancia electoral no resulta muy pequeño frente a la propuesta de unidad planteada por Cauce Democrático?
Hay que tomar en cuenta que no todos los movimientos que han presentado las firmas han sido aprobados por el Consejo Electoral. Y no creo que todos logren el registro. Solo están inscritos el MPD, Pachakutik, Alianza País, el PRE y Sociedad Patriótica. No creo que partidos como la Izquierda Democrática, por sus problemas internos, lo logren.
Si no son calificados todos los movimientos, ¿los obligaría a buscar esa unidad?
Podría ser una alternativa, aunque podría existir otro escenario. De todos los candidatos de oposición, Lucio Gutiérrez es el que más votos tiene…
¿Han hecho ese análisis electoral sobre la figura del ex presidente Gutiérrez?
No en Cauce Democrático, pero sí en otros foros. Entonces, él tendrá un techo de hasta un 30% de votos porque tiene un partido con presencia nacional.
¿En verdad piensa que sectores como la izquierda quieran aliarse a Gutiérrez?
Él pone como condición que se realice una primaria de primarias entre las fuerzas de la oposición para escoger al candidato único. Es una fórmula legal.
¿Pero resulta pragmática esa fórmula para la unidad?
Si se dan esas primarias de primarias, es casi seguro que él ganaría porque tiene más partidarios. Pero dudo de que el resto de miembros de la oposición acepten finalmente un resultado así.
¿Quiere decir que en la oposición no hay generosidad política para renunciar a aspiraciones electorales más personalistas?
Cauce Democrático tiene un mensaje claro: la presidencia de Rafael Correa, en su conjunto, es dañina. Nuestro objetivo es que la gente comprenda que no hay una democracia verdadera, pues se ha roto el principio de la independencia de los poderes del Estado. Y que la participación ciudadana empieza y termina en la figura presidencial. Los movimientos saben de esa realidad, pero lo interesante es que los ciudadanos la comprendan para que obliguen a la edificación de una alternativa.
¿Gutiérrez puede ser la carta de la oposición, cuando su gobierno rompió la Constitución al irrespetar la división de poderes? ¿No cree que esas credenciales afecten una eventual unidad?
Ese razonamiento es lógico y por ello algunos sectores no quieren ir en un solo bloque. Pero otros esgrimen que Gutiérrez podría hacer lo mismo que Alan García en Perú. Es decir, que pese a su descrédito (por su primera presidencia), gane las elecciones y haga un mandato exitoso. Está claro que Gutiérrez no es Alan García y algunos dirán que prefieren a Correa y no a Gutiérrez.
¿Y usted a quién elegiría entre los dos?
A Gutiérrez, porque me parece que es un mal menor.
¿Un país condenado a elegir entre males menores y no entre alternativas viables?
Esa es la situación del país, la realidad política.
¿Incluso para decir que preferiría a Gutiérrez?
No en esa dimensión. Usted preguntó cómo elegiría entre él y Correa. Ahora, si una opción es Guillermo Lasso, votaría por él.
¿Y Alberto Acosta?
No se presentará. Pero si lo hace pensaría en apoyarlo.
¿Hay conciencia de que un solo candidato de oposición es casi utopía?
Tenemos conciencia de que es difícil.
¿Qué les hace pensar que aún es posible lograrlo?
Una probable alianza entre Jaime Nebot y Sociedad Patriótica, que podría llegar a la segunda vuelta electoral. Y que en un balotaje se pueda captar el apoyo necesario para vencer.
Pensar que Nebot sea presidencial por tercera vez sí parece ser un sueño…
El punto es acercarlos. Pero hay que reconocer que la dificultad es que Nebot ha dicho que no. Se están haciendo esfuerzos por la unidad, pero desde afuera de Cauce Democrático.
¿Quiénes lo hacen?
Por ejemplo, un grupo que se llama Ciudadanos por la Justicia, que hace la gestión para acercar a los dos o convencer a Nebot…
Si menciona que una opción es que se unan Nebot y Sociedad Patriótica, ¿quiere decir que en la práctica no habrá candidato único de todas las tendencias?
Creemos que es utópico ya un candidato único de todo el espectro de la oposición: izquierda, centro, derecha y populismo. Eso está descartado. Entonces hay que apostar por la unidad en cada una de esas tendencias, aunque hay problemas. Solo en el caso de la izquierda hay divisionismo.
En la derecha también hay fisuras: ya está la precandidatura de Álvaro Noboa.
No hay que hacerle caso.
¿No cree que su 6% de votos puede pesar al final?
Está claro que no entrará en una alianza. Él no es capaz de dar ese paso, porque su candidatura está cargada de intereses personales.
Pero entonces ya no es posible ni pensar en esa idea de unidad en la derecha…
Pues quedarían los socialcristianos y Guillermo Lasso. Claro, aún no se puede saber si Nebot puede rever su decisión y tener una aspiración. Ahora debemos saber si Lasso está dispuesto a entrar a esa unidad. Creo que la situación aún está tierna.
Si se da la unidad en cada tendencia, ¿es factible llegar a Carondelet?
No lo sé. Si se llegasen a presentar tres candidatos fuertes de cada tendencia, hay el riesgo de que ese fraccionamiento permita a Correa ganar en una vuelta.
¿El país político no tiene la madurez suficiente para pensar en la propuesta de armar un solo bloque?
Los hechos parecen estar mostrando eso, básicamente en los partidos y movimientos.
¿Y esa falta de acuerdo en la oposición solo se explica por un cúmulo de intereses electorales particulares?
La historia del Ecuador dice que siempre ha habido demasiados intereses como para construir una unidad política duradera. Recordando la historia, los ecuatorianos se han unido en contadas ocasiones. La primera vez contra el dictador Ignacio de Veintimilla, que llevó a una guerra civil…
¿Está comparando a Veintimilla con Correa?
Formalmente Correa no es un dictador y el país no vive esa situación extrema. Otra ocasión de unidad fue cuando se dio la invasión peruana en 1941, ante la inacción de Arroyo del Río. Lastimosamente la unidad duró un año. Más bien un período estabilidad política se dio cuando existió un fundamento económico durante los mandatos de Galo Plaza, Velasco Ibarra y Camilo Ponce.
¿Quiere decir que sin los recursos petroleros del último lustro, el Presidente no tendría popularidad?
Así es. Un Presidente con el defecto de insultar y deformar la verdad, sin un colchón económico como el actual, no sería popular. No tiene la altura moral de Velasco Ibarra, que también fue una calamidad para el país.
¿Estatura moral?
En este período se han dañado a las instituciones, se han creado leyes que van contra la Constitución y se han desatado escándalos como el caso ‘Chucky Seven’. Todo eso es un daño moral inmenso para el país. Entonces, la gente seguramente piensa que también tiene derecho a actuar de esa forma. Hubo un mandatario muy recto como el doctor Rodrigo Borja y el prestigio del país estuvo muy bien.
¿Insinúa que el país vive un adormecimiento social?
También creo que se ha sembrado la semilla para que las personas se acostumbren a una vida más fácil…
¿No será que el discurso de la división de poderes y de las libertades no es tan cercano a las capas populares que están más pendientes de tener un trabajo, ver obras o acceder a un subsidio?
Creo que se deben realizar algunas distinciones. Por ejemplo, no creo que sea un tema muy abstracto para la gente la importancia de que haya un Estado en que se respete la Constitución, la libertad de prensa y la autonomía de los poderes. Creo que a la gente sí le interesa que haya transparencia con el gasto público y que se sepa con claridad en qué se gasta el dinero. La prueba de que la gente sí siente eso es que en la consulta popular de mayo del 2011 el Presidente creía que iba a ganar cuatro a uno. Pero con reflexión política de la ciudadanía, el Gobierno no pudo ganar con tanta facilidad.
Metodológicamente no es correcto comparar una consulta popular sobre distintas temáticas con una elección personal en la que se presente un candidato como el presidente Correa.
Así es, pero sí puede ser un punto de referencia. Ahora no se puede negar que hay un grupo de empresarios contento con el Gobierno porque está haciendo buenos negocios. Tampoco se puede desconocer que hay un sector popular que está satisfecho al ver la obra física, así como por los beneficios y servicios a los que tiene acceso. Pero en ese sector popular también hay descontento.
¿Descontento?
Por la inflación que ha ido subiendo poco a poco y que golpea más a las clases populares.
¿Entonces ese mensaje de principios y libertades debe combinarse con elementos más cotidianos?
Sí, pero no se puede dejar de lado el discurso más ‘abstracto’, porque es fundamental para la convivencia de la gente. Ahora los partidos y movimientos de oposición deberían empezar a hablar de esto de forma inteligente y clara, exponiendo los riesgos que encierra que continuemos con la línea del actual Gobierno. A Cauce Democrático no le corresponde involucrarse en esa pelea. Nosotros los agrupamos y les invitamos a una reflexión profunda.
¿No hay un encargado de Cauce Democrático para buscar acercar a los diferentes líderes de la oposición?
El doctor (Osvaldo) Hurtado ha invitado a los partidos. Pero ellos son los que deben analizar y tomar acciones.
Más allá de la invitación a la oposición para unirse, ¿no hay un Plan B para facilitar un acercamiento?
Por parte de Cauce Democrático, no. Nuestro llamado es parte de una responsabilidad moral de las personas.
Al hacer un balance de sus palabras y del análisis de los movimientos preelectorales, ¿acabó siendo utópico el planteamiento de Cauce Democrático de que la oposición cierre filas alrededor de un solo candidato?
Sí.
¿Se siente frustrado?
Es frustrante, pero no una desesperación. Se ha cumplido con el deber cívico y se ha ayudado a algunos sectores de la sociedad a ver con más claridad la real situación del país. No olvidemos que esto es parte de un trabajo democrático que lleva tiempo. Si es que triunfa el presidente Correa y sigue apretando las tuercas con más límites a la prensa y con el fortalecimiento del partido único, habrá que seguir en la lucha. No hay cómo renunciar a la lucha por la libertad y la democracia.
HOJA DE VIDA
Simón Espinosa Cordero
Su trayectoria. Periodista y escritor. Profesor de las universidades Central y Católica. Fundador del Centro de Investigación y Cultura del Banco Central.
Miembro del Foro Cauce Democrático.
Su punto de vista. Señala que la falta de desprendimiento político conspira contra la tesis de armar una candidatura única de oposición.