La mayoría llegó puntual. A las 08:17 la asamblea extraordinaria convocó a especialistas, internistas rotativos y médicos residentes en el salón del Hospital Eugenio Espejo, en Quito.
Las intervenciones, que repetían la misma idea: “si debo renunciar, lo haré”, arrancaban palmas. La preocupación de más de 100 especialistas vestidos con mandiles blancos era el artículo 146 del proyecto de Código Orgánico Integral Penal.
“El trabajo es riesgoso”. “Debemos tener una posición firme, total y unitaria”. “Las cartas están echadas (de parte del Gobierno) y no hay vuelta atrás”.
Cada galeno expresaba su temor por los riesgos que tendrían en su trabajo, por cómo se tipificó el delito de homicidio culposo por mala práctica profesional. Cerca de las 09:30, la resolución fue unánime: renunciar de forma voluntaria.
Esto porque el presidente Rafael Correa, en el veto parcial enviado a la Asamblea, no modificó el texto del artículo y mantuvo el tercer inciso que -según los médicos- no fue acordado entre los gremios y el Régimen. Allí se establece que el delito también se produce cuando por acciones “innecesarias, peligrosas e ilegítimas” muere una persona. Esos términos preocupan a los galenos.
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La polémica e incertidumbre de los médicos no es reciente. Desde el 2012, cuando la propuesta de cuerpo legal se analizaba en la Comisión de Justicia de la Asamblea, los doctores expresaron inquietud por la inclusión del entonces art. 135 sobre mala práctica profesional.
En julio de ese año, Alberto Narváez, presidente de la Federación Médica Ecuatoriana, indicaba que habría médicos que no tratarían a sus pacientes por temor a ser denunciados.
En el salón del Eugenio Espejo, ese temor fue masivo ayer, 24 de enero. Como símbolo, los mandiles fueron colgados en el cerramiento, al igual que el 21 de octubre en el Baca Ortiz. Mientras, el ambiente de inconformidad se extendía la mañana de ayer hacia otros hospitales de Quito: Enrique Garcés, Maternidad Isidro Ayora, Carlos Andrade Marín del IESS y el privado Solca. Aunque no todos decidieron renunciar.
El personal del Pablo Arturo Suárez laboraba con normalidad, pese a que 90 de sus médicos fueron los primeros en anunciar sus renuncias el martes. El 18 de octubre, los galenos de esa casa también firmaron cartas de dimisión simbólicas, a la espera del texto definitivo.
El artículo no será modificado. Así lo ratificó ayer el presidente Rafael Correa. Según él, el delito ya está tipificado en el Código Penal vigente en la figura de homicidio inintencional. El homicidio por mala práctica profesional consta en la Constitución del 2008, dijo, que fue aprobada en las urnas.
“No nos doblegaremos ante medidas de fuerza que vengan de donde vengan. Tenemos una lista de cerca de 750 especialistas de países amigos dispuestos a venir a trabajar al país”, dijo anoche Correa.
La Asamblea no puede modificar el articulado del Código, porque solo puede allanarse total o parcialmente al texto enviado desde el Ejecutivo. Según Gina Godoy, vicepresidenta de la Comisión, el próximo martes podría aprobarse el Código.
Esta no es la primera vez que el Mandatario se refiere a los galenos en términos parecidos. El 29 de agosto de 2009, Rafael Correa calificó de “carnicero” al médico guayaquileño que operó su rodilla derecha. “Algún día debe haber (…) una ley contra mala práctica médica para poder sancionar a esos estafadores”, aseveró.
Luego fue sometido a dos intervenciones en Cuba, alegando que en el país no había los especialistas que se requerían para un implante de cartílago. Pero no mejoró y finalmente tuvo que acudir al hospital del IESS, donde se le colocó una prótesis permanente de rodilla.
Otro momento de tensión con los galenos se produjo cuando desde el Ministerio de Salud se anunció que se contratarían doctores cubanos para llenar el déficit médico. Actualmente en el país laboran 250 especialistas de Cuba. A finales de septiembre, Correa en su enlace semanal propuso que alrededor de 1 000 profesionales cubanos ingresen al país para cubrir la demanda. “Tenemos médicos ecuatorianos que podemos formar”, dijo Narváez en esa ocasión.
E l director del Seguro Social, Francisco Vergara, dijo ayer que tienen un ‘plan de contingencia’, por las posibles renuncias de los médicos. Esa casa de salud contrataría personal del exterior. La institución tiene un convenio con Cuba.
Uno de los primeros puntos de discordia fue el incremento de la jornada laboral de cuatro a ocho horas, en febrero del 2011.
“Nosotros no estamos cerrados. Todos los problemas se pueden resolver con diálogo. Podemos seguir conversando en beneficio de la salud y de nosotros. Señor Presidente recíbanos, dialoguemos”, dijo ayer Víctor Álvarez, representa del Eugenio Espejo, donde se firmaron 117 dimisiones.
El contexto
Al menos durante los últimos tres años, cuatro intervenciones del Gobierno han incomodado al gremio de los profesionales de la salud: el incremento de la jornada laboral de cuatro a ocho horas, la contratación de médicos cubanos y el Código Integral Penal.