Segundo Moreno Yánez habla del influencia cultura de las corridas de toros, los combates de gallos y otras prácticas rituales sangrientas en la cultura nacional
¿Las corridas de toros y las peleas de gallos son prácticas culturales?
Primero, definamos qué es de cultura . En síntesis , es la respuesta de un grupo social ante la naturaleza y su historia. El asunto de los toros, los gallos y otras prácticas afines es parte de la historia y de la cultura.
¿Estas prácticas trascienden en la cultura nacional?Los españoles trajeron al toro y las corridas de toros, pero quienes más las aceptan han sido los pueblos testimonio, que son los países donde la cultura indígena es muy influyente. Para los indígenas las corridas, la pelea de gallos y otros rituales sustituyen los sacrificios humanos en honor de la tierra. Estas prácticas existen porque tienen su razón de ser, no se impusieron sino que calaron. En Quito cualquier fiesta se acompañaba de toros, está arraigado en la población. Cuando llegó el conde Ruiz de Castilla hubo toros; y, después de la batalla del 24 de mayo, se celebró con toros.
¿Qué otras prácticas así hay en el país?
En Cañar y Azuay había el juego de Pucara: dos personas se baten a duelo con cuerdas hechas de cuero de vaca rematadas con bolas de metal. Hay batallas rituales en Cotacachi, Cangagua y Cayambe, en la época de San Juan o San Pedro. En su sustitución se optó por el sacrificio de animales.
¿Pero hay justificación para la muerte del animal?
El animal muere de cualquier manera; su muerte esta asociada al uso alimenticio. En las peleas de gallos no siempre muere el animal, porque el perdedor “entierra el pico” cuando se siente derrotado. Ese gallo luego solo sirve para hacerse caldo. En sí mismo el toro tiene que morir, pues no se come un animal muerto de vejez, sino uno faenado. Si se prohíbe la muerte de animales habría que ser consecuentes y prohibir el consumo de carne.
¿Cómo leer la crueldad?
La crueldad es un elemento cultural, no estoy a favor de ella, pero es cultural. Lo que se pone en juego es el aspecto más primitivo del ser humano. Pero surge una cuestión, la bomba atómica en Hiroshima era pensamiento de avanzada, pero ¿por dónde eso no era crueldad? Lo ideal sería que haya tolerancia.
Pero los códigos culturales han cambiado…
Sí, pero siento decirlo, los cambios de los últimos años en el Ecuador se han dado en la línea de un fundamentalismo, que entra en la moral. Es algo de estos tiempos pero más en los países con regímenes autoritarios. Creo que un buen líder tiene que educar y no reprimir. Son cuestiones que podrían desaparecer en el futuro, pero no con represión y buscando normas inquisitoriales.
Al cuestionar el tema de las tradiciones, se suele anotar otros casos como el de las mujeres en Medio Oriente…
Creo que siempre hay diferencias. Una cosa es el trato humano y otro el trato a la naturaleza. La agricultura o la domesticación de animales significaron una intervención fuerte en la naturaleza: el comer frutas destruye el derecho de las plantas. Por eso creo que se ha llegado a una exageración lamentable. Nos hemos olvidado que el ser humano tiene los derechos principales. La condición para ser humano es ser libre y cuando no lo es, es esclavo, es reducido al estado de animal.
¿Cuál es la validez de esta pregunta en la consulta?
El asunto dependerá de la mayoría. Francamente no tengo una idea clara del porqué y a quién se le ocurrió incluir esta pregunta. Hay otras cuestiones referentes a la comunicación o al sistema jurídico, y lo entiendo porque es un Gobierno que busca el control.
Consulta
PREGUNTA 3
De la prohibición de matar animales en espectáculos: ¿Está usted de acuerdo que en el cantón de su domicilio se prohíba los espectáculos que tengan como finalidad dar muerte al animal?
Washington Mosquera / Artista plástico
‘Esta pregunta es despotismo’
Plantear un pregunta así, me parece un atentado a las libertades del ser humano, a expresarse y a escoger lo que le agrada. Además son prácticas que están implícitas en nosotros, no es que nos ha avasallado sino que es resultado junto a otras cosas de la llegada española. Ahora, no podemos echar nuestras costumbres, están enraizadas en la tradición. Además me parece más cruel que el animal no se ha sacrificado en la plaza, porque tendría que esperar, desangrándose y agonizando, a que llegue la autoridad respectiva. Y este toro de lidia ha sido criado para dar juego y belleza en el ruedo. Haber planteado esta pregunta es despotismo.
Joaquín Naranjo / Estudiante secundario
‘Ya hay la opción de no entrar a la plaza’
Preguntar algo así es cortar la libertad de elegir, es buscar quitar las cosas que gustan a grupos de gente. El que no esté de acuerdo con la realización de las corridas y con lo que allí se celebra, ya tiene la opción de no entrar a la plaza. Habrá gente a la que le guste venir a los toros por la fiesta, pero toda la tauromaquia gira entorno a la muerte del animal, al valor, a la representación, al arte. Si se quita la muerte, la fiesta ira muriendo de a poquito. Además es una práctica que atrae a los jóvenes, a quienes aprendimos de nuestros padres y desarrollamos la afición, hay que ver a los chicos que se entrenan por las tardes. Quienes defienden las corridas también son jóvenes.
Sandra Araya / Autora y editora
‘Votaré sí, porque “peor es nada’
Siempre he estado en contra de las corridas de toros y estoy a favor de que se prohíban. Pero hay que notar que esta pregunta solo habla sobre la muerte del animal, mas no de su tortura previa. Entonces, ¿será lícito hacer que el toro se recupere y vuelva al ruedo, una y otra vez, sin que muera? Una pregunta incompleta que no representa un avance en la lucha por los derechos de los animales. Más adelante, cuando empiecen las múltiples interpretaciones, espero que quien redactó la pregunta dé la cara a quienes confiamos en que los animales tengan derechos en nuestro país. Sin embargo, votaré sí, porque como se diría popularmente “peor es nada”.