Al cumplirse hoy 15 años de la Declaración de Itamaraty, que marcó el inicio de las negociaciones definitivas de paz entre Ecuador y Perú, todavía quedan dudas sobre si este documento marcará el final de todas las diferencias limítrofes con el vecino país.
La razón: el Acta de paz firmada el 26 de octubre de 1998, especifica los límites territoriales terrestres de ambas naciones, pero no hace referencia a la demarcación del espacio marítimo.
El conflicto se remonta a las dudas que surgieron en la suscripción del Protocolo de Río de Janeiro, en 1942, cuando el Ecuador le cedió al Perú 200 000 km² de territorio amazónico. Luego de este tratado, los gobiernos ecuatorianos que se sucedieron declararon la nulidad del mismo por varios argumentos. Uno de ellos tiene que ver con la descripción geográfica del área en conflicto que, según Ecuador, no reflejaba lo acordado en el Protocolo de Río. Este consideró la existencia de un ‘divortium aquarium’ entre los ríos Zamora y Santiago y la presencia de la Cordillera del Cóndor como frontera.
Pero, en realidad, no había una división entre esos ríos sino dos, por la existencia del río Cenepa. Es por ello que la tesis de la nulidad llegó a los choques armados de 1981 y 1995. Al estallar el último conflicto (1995), ambos países iniciaron la negociación en medio de la guerra. Como resultado se suscribió la Declaración de Paz de Itamaraty, del 17 de febrero de 1995, que puso fin inmediato al conflicto. Luego se iniciaron las negociaciones que finalizaron, en 1998, con la firma de la paz.
El ex vicecanciller Marcelo Fernández de Córdoba presidió la delegación ecuatoriana de negociaciones en la Reunión de Alto Nivel de los Países Garantes del Protocolo de Río de Janeiro, en enero y febrero de 1995. A su juicio, Ecuador como país hizo respetar su soberanía e integridad territorial con la suscripción de la Declaración de Paz de Itamaraty.
Entre los logros destaca el retiro gradual y simultáneo de tropas en las zonas fronterizas, la creación de una zona desmilitarizada… Precisamente, el impasse primordial para Ecuador era el de la falta de demarcación en los más de 70 kilómetros en la zona del ‘divortium aquarum’ que señala el Protocolo de Río, y que Ecuador rechazó por los argumentos geográficos arriba señalados.
No obstante, dicho reclamo quedó en el aire una vez que el ex presidente Jamil Mahuad aceptó, en 1998, los lineamientos del Protocolo de Río de Janeiro y la demarcación territorial que el Gobierno peruano, presidido en aquel tiempo por Alberto Fujimori, pretendía. “Se llegó a un arreglo que no satisfizo a esta aspiración nacional y el Ecuador cedió ante el vecino del sur. A la Declaración de Itamaraty no se la supo aprovechar”, asegura Fernández de Córdoba.
El fallo de los países garantes del conflicto: Estados Unidos, Brasil, Argentina y Chile, selló la disputa limítrofe entre Ecuador y Perú. Resolvieron que la línea de frontera tenía que seguir la cumbre de la Cordillera del Cóndor y Ecuador tendría acceso soberano, con el otorgamiento de propiedad privada, a un kilómetro cuadrado con la base de Tiwintza (Perú).
Más allá de estos detalles, para Fernández de Córdoba, un problema grave es que el Acta de Paz de 1998 no toma en cuenta la delimitación del espacio marítimo entre Ecuador y Perú. Para él, eso podría traer nuevos conflictos en el futuro. El problema es que en el documento suscrito por Mahuad y Fujimori solo se especifica la demarcación territorial terrestre.
Ese escenario se complicaría en el futuro por la controversia de delimitación marítima entre Chile y Perú. Según el ex Vicecanciller, existe un diferendo por la soberanía de una zona de 37 900 km² en el Océano Pacífico, partiendo de la tesis peruana que la demarcación marítima entre ambos países aún no se determina. Frente a ese problema, recomendó que el Ecuador se prepare jurídicamente para evitar cualquier contratiempo posterior.
Sobre la Declaración de Itamaraty, el ex canciller Diego Paredes manifestó que es uno de los logros más importantes de la diplomacia ecuatoriana, pues se consiguió un acuerdo serio que dio paso a la firma definitiva de la paz. “La paz es lo más importante por el bien del pueblo ecuatoriano”.