Casi nadie reconoció al ex presidente hondureño Manuel Zelaya en su recorrido por el Centro de Quito. Su ‘look’, una corbata verde y su sombrero al estilo vaquero, llamó poco la atención de los transeúntes de la calle García Moreno.
El defenestrado Mandatario iba a visitar a su amigo Rafael Correa. La noticia de su llegada se confirmó en la mañana. Y a muchos sorprendió. En el acceso de la calle Chile del Palacio de Carondelet no hubo alfombra roja ni le rindieron honores.
fakeFCKRemoveZelaya llegó acompañado de una pequeña comitiva, en la cual estaba su hija Ciomara. Pese que pasó inadvertido, él subió directamente al balcón de la casona presidencial, donde lo esperó Correa. Desde ahí saludó a las personas que estaban en la Plaza Grande.
Esta es la segunda visita que hace Zelaya luego del golpe de Estado que lo derrocara el 28 de junio del año pasado. La primera ocasión que estuvo en el país fue para la posesión de Correa en su segundo mandato. Esa vez lo acompañó a su celebración en el estadio Atahualpa, junto a los mandatarios Hugo Chávez (Venezuela) y Raúl Castro (Cuba).
Desde el balcón, Zelaya observó la ceremonia de cambio de guardia de los Granaderos de Tarqui, que se cumple todos los lunes. El ex Presidente hondureño sonreía y no perdía la mirada del acto.
Luego, Correa y Zelaya se reunieron en privado. Dos horas duró la conversación. A su salida, el ex Mandatario centroamericano dio una rueda de prensa en las gradas principales del Palacio.
Él precisó que busca “el respaldo para su propuesta de un acuerdo político para el restablecimiento de la democracia y la reconciliación en Honduras”.
Para fortalecer su tesis, entregó una carta de tres páginas al presidente Correa. Aseguró que el Primer Mandatario ecuatoriano se comprometió a hablar con el resto de presidentes de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) para discutir esa propuesta.
Zelaya busca que esta instancia internacional apoye el plan de reconciliación nacional.
Esta visita se da luego de que en la cumbre extraordinaria de la Unasur, que se realizó en Buenos Aires (Argentina), los presidentes nuevamente desconocieron las elecciones que se cumplieron en Honduras, en las que triunfó el opositor Porfirio Lobo.
10 de los 12 países de América del Sur no han reconocido al nuevo Gobierno de Honduras. Por eso, la Unasur se quejó por la invitación que se entregó a Lobo para que participara en la cumbre de América Latina y la Unión Europea, que se cumplirá en Madrid, desde el lunes próximo.
Correa, quien ejerce como Presidente pro témpore de la Unasur, aseguró que no participará en el encuentro internacional si se insiste en la presencia de Lobo.
Pero el Presidente hondureño desistió de asistir a la cumbre. Él aseguró que lo hacía para evitar más tensión sobre el encuentro.
Correa, luego de conocer el anunció de Lobo, dijo que sí irá a Madrid. El Jefe de Estado ecuatoriano aseguró que no tiene ninguna diferencia personal con el Mandatario hondureño, pero dijo que sería un “precedente nefasto para la democracia en la región, reconocer un gobierno nacido luego de un golpe de Estado”.
Esta posición fue respaldada por Zelaya. Él insiste en que el Congreso de Honduras decrete una amnistía, “amplia y suficiente”, para asegurar su retorno. Actualmente se encuentra asilado en República Dominicana.
Otro pedido es que se separe a los principales responsables del golpe de Estado, que ocupan cargos en la Justicia y Ejecutivo. Y se inicien juicios contra ellos.