El Gobierno y las organizaciones sociales pulen los detalles y estrategias de sus movilizaciones, que el jueves se escenificarán en Quito.
El régimen de Rafael Correa tiene claro su objetivo: demostrar que su convocatoria popular es superior frente a la Marcha por la vida, organizada por fuerzas políticas y sociales de izquierda, a cuyos dirigentes los tacha de ‘oportunistas’ y ‘desestabilizadores’. Para ello, el apoyo de los gobiernos locales afines al Régimen es clave en su objetivo de alcanzar la meta del presidente Correa: rodear al Palacio de Carondelet con 50 000 simpatizantes.
En ese contexto, el apoyo de las juntas parroquiales cercanas a Alianza País será determinante, según una fuente del grupo oficialista. De hecho, el Consejo Nacional de Gobiernos Parroquiales Rurales ya anunció que el jueves realizará la Asamblea Nacional de la Ruralidad, en la que está invitado el Jefe de Estado.
Según un comunicado de los gobiernos parroquiales, en la cita se solicitará al presidente Correa una asignación de USD 100 millones, para implementar los programas de seguridad y mejoras de infraestructura.
De la mano del respaldo de gobiernos locales, el Gobierno ha realizado aproximaciones con organizaciones indígenas que, en el papel, respalda la marcha por la vida de la oposición. De hecho, hoy, el Ministerio de Coordinación de la Política anunció que suscribirá con la Federación Provincial de la Nacionalidad Shuar de Zamora Ch., un acuerdo de cooperación, en Carondelet.
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En ese convenio, la Federación Shuar se compromete a contribuir “en la defensa de la paz y tranquilidad ciudadanas” en esa provincia suroriental, donde empezó la marcha de los movimientos sociales el 8 de marzo, como protesta a las actividades mineras y económicas que atentan contra el medioambiente.
“Ya no hay segundo 30-S, ya aprendimos suficiente”, señaló ayer la ministra de Coordinación Social, Doris Soliz, quien dijo que los canales de diálogo están abiertos con “quienes de verdad les interesa el impacto ambiental. Lo otro es agenda electoral, agenda política de otro tipo”.
Fuerzas gobiernistas se despliegan en Quito
Más de 12 carpas de marca Coleman, con capacidad para unas cinco personas, fueron colocadas en hilera, en el parque El Arbolito, en el centro norte de la urbe. Allí también hay carteles y banderas con la cara del presidente Correa. En la esfera blanca de metal se lee “Construir el poder popular desde las bases’, del Movimiento de Izquierda Revolucionario ( MIR).
En las carpas pernoctan más de 50 personas, que llegaron entre el viernes y sábado. Pertenecen a la Confederación Nacional de Afiliados al Seguro Campesino (Confeunassc), la Asociación de Negros del Ecuador, los Herederos de Alfaro, Acción Combativa de sectores populares de Manabí, Coordinadora Siglo XXI .
Sus dirigentes manejan las mismas tesis afines al oficialismo. Así, dijeron ser parte de un campamento por la vida, dignidad, democracia y el socialismo, para defender al gobierno de Correa.
En el día algunos de ellos miran la televisión o conversan acomodados en sillas, bajo la sombra de una carpa blanca. La energía eléctrica la tomaron directamente del poste de luz que está en medio del parque. En el lugar hay tres baterías sanitarias.
Según Orlando Herrera, del MIR, no permitirán que vuelva a repetirse un 30-S. La estrategia, comentó, es ocupar la mayoría de espacios de la ciudad. Pero Daniel Cañola, de la Aso. de Negros del Ecuador, dijo que no hay un plan trazado para el jueves próximo, cuando se supone que debe llegar a la capital la marcha de la oposición. Solo repitió, como los demás, que están decididos a defender la democracia. Cañola al igual que Nelson Rodríguez, presidente de la Confeunase, negó apoyo de alguna dependencia del Gobierno para la instalación del campamento. ¿Y las carpas, una coincidencia que sean iguales? “Son prestadas”, dice Rodríguez en principio. Luego, otros integrantes de la Aso. de Negros, sostuvo que las compraron en un solo pedido. Uno de ellos, que no quiso identificarse, se puso nervioso y molesto cuando miró que este Diario hizo algunas fotografías de una camioneta de placas PEO-354, de la Secretaría de Pueblos. Exigió borrar las imágenes y afirmó que se trataba de la visita de un amigo.
Marcha opositora y mitin oficialista en Ambato
La Marcha por la vida y un mitin organizado ayer por A. País en Ambato lucieron parejos. Mientras en la primera participaron alrededor de 500 personas, el acto del Gobierno convocó a un centenar de simpatizantes y a otros 1200 indígenas y campesinos que acudieron a una cita donde se anunciaban algunas acciones.
El evento a favor del Gobierno empezó pasadas las 10:00 en la plaza Urbina. Allí se instalaron una tarima y tres carpas para alojar a los funcionarios de los ministerios de Agricultura, Inclusión Económica, así como de la Gobernación de Tungurahua. Los discursos trataron de desvirtuar la movilización. “Las marchas de la oposición fracasaron. La revolución ciudadana no necesita contramarchas y estaremos listos para este jueves en Quito”, aseguró el gobernador Alexis Sánchez.
Durante este acto se entregaron 850 providencias para la adjudicación de tierras en Tungurahua. También se firmaron tres convenios de ayuda social a niños de Quisapincha, Pilahuín, Pasa, San Fernando y otras parroquias. Por último se entregaron cinco cheques de USD 500 a los familiares de las personas fallecidas que se beneficiaban con el Bono de Desarrollo Humano.
Por su parte, la marcha por la vida enfiló hacia Cotopaxi después de recorrer las calles principales ambateñas. Contó con el apoyo de alrededor de 100 delegados de las organizaciones Shuar y Sarayacu. En el trayecto Ambato-Latacunga la movilización ganó acogida. Decenas de personas entregaron caramelos, refrescos, frutas, sodas. En el viaje los aportes se distribuyeron a los caminantes que partieron a las 10:55.
Marlon Santi, José Gualinga, Humberto Cholango, Delfín Tenesaca, Manuel Ainaguano y otros dirigentes lideraron la caminata. A las 13.30, los marchantes arribaron a Izamba. En este sitio se regó la noticia de que un contingente policial los esperaba a la altura del Parque Industrial. Eso puso en apuros a los organizadores. Decidieron entonces movilizarse a Salcedo.
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Allí, Manuel Ainaguano, del movimiento de Tungurahua, entregó el mando de la marcha a Mario Alomoto, del movimiento Indígena de Cotopaxi. En la Panamericana Norte se sumaron los indígenas evangélicos y el prefecto César Umajinga. Los caminantes descansaron en la casa parroquial de Saquisilí. La marcha se reanudará hoy.