La ‘indulgencia’ presidencial en el caso El Universo luce insuficiente para revertir -en el corto plazo- la incómoda posición en que el gobierno de Rafael Correa ha quedado en el plano internacional.
Si bien el perdón de Correa calmó en algo el diluvio de críticas externas en materia de libre expresión, ahora debe enfrentar una agenda diplomática igual de compleja en otros ámbitos.
Esa complejidad se debe a que no hay a la vista un golpe de timón de la Cancillería en sus posturas frente a temas sensibles regionales y mundiales. Entre ellos se destacan las reformas al Sistema Interamericano de Derechos Humanos, la Cumbre de las Américas, las relaciones comerciales con la Unión Europea (UE) y la represión militar en Siria.
La polémica de Siria
De hecho, el primer tema en que la diplomacia ecuatoriana estará bajo la lupa es el caso de Siria, que mañana tendrá un día crucial en las Naciones Unidas, cuyo Relator para la Libre Expresión cuestionó ayer a Ecuador.
Específicamente en el Consejo de Derechos Humanos, del que Ecuador es miembro, y que tratará la represión del Gobierno sirio a su población, que ya ha dejado 7 500 muertos, según la ONU.
Extraoficialmente se conoce que Ecuador pudiera cambiar su postura de diciembre, en la que ya se negó a aprobar una condenada a los hechos de violencia propiciados por el Gobierno sirio.
En esta ocasión, el Consejo de Derechos Humanos solicitará una resolución para exigir a Siria un “irrestricto” ingreso a su territorio a las agencias humanitarias. Esta vez la postura de Ecuador pudiera ser la abstención, según una alta fuente diplomática.
En efecto, ayer, el canciller Ricardo Patiño dejó entrever una flexibilización del país en este asunto. En esencia, dijo que Ecuador demanda un alto al fuego respetando la soberanía siria e impulsa un diálogo multilateral.
Sin embargo, Ecuador no sería el único de los países que votó en contra en diciembre que pudiera cambiar. Ese es el caso de Rusia, que ha declarado que es importante que ingresen a Siria los organismos de socorro.
Cumbre de las Américas, Europa y los DD.HH.
A la diplomacia local tampoco le queda fácil procesar su posición frente a la Cumbre de las Américas, que será en Cartagena, y las reformas al Sistema Interamericano de DD.HH.
Su principal problema reside en que Ecuador prácticamente se ha quedado solo en su velada amenaza de no asistir a la cita presidencial si Colombia no invita a Cuba. Ni los países de la Alternativa Bolivariana de las Américas (Alba) -los más radicales de la región- han quedado convencidos de esa propuesta de Correa.
Incluso Hugo Chávez, presidente de Venezuela, dijo que sería positivo que todos los países de la Alba vayan a Cartagena, para discutir la situación de Cuba.
Sin embargo, ayer, el canciller Patiño no se salió de su libreto e insistió en que Ecuador no irá en abril a Cartagena, si el régimen castrista no es invitado.
Esa advertencia ecuatoriana ha generado cierta incomodidad en la opinión pública colombiana, que ha tomado la postura ecuatoriana como una suerte de ‘boicot’ a la cita. Por lo pronto, EE.UU. ya ha dicho que Cuba no debería estar en la cumbre continental y la diplomacia colombiana busca soluciones, aunque todavía no las ha anunciado de forma oficial. Este tema también pone en dificultades a la aspiración de Ecuador de que los máximos organismos de la OEA refrenden las reformas a la Comisión Interamericana (CIDH) y a la Relatoría de Libertad de Expresión de la OEA.
Una de las aspiraciones de Ecuador era tratar ese tema precisamente en la Cumbre de las Américas, pero en las actuales circunstancias el tema quedaría para junio, cuando se celebre la Asamblea General de la OEA.
Por último está el viaje del 19 de marzo de Patiño a la UE, para destrabar la negociación comercial. Y aunque el Canciller luce optimismta, aún están en el ambiente sus críticas al bloque por su preocupación por el caso El Universo.
Cancillería envió carta a la CIDH
El Ministerio de RR.EE. respondió ayer formalmente al pedido de medidas cautelares de la CIDH en el caso El Universo.
Como estaba previsto, en la contestación ecuatoriana se negó la solicitud de la CIDH, por considerarla improcedente. La respuesta fue plasmada en un documento de 27 páginas, que tiene tres partes.
En primer lugar la argumentación para la negativa. En este segmento la Cancillería señala a la CIDH que cometió errores de forma y fondo en su pedido, como no haber solicitado la opinión del Estado.
La segunda parte se refiere al carácter de las medidas cautelares, pues según el Gobierno no son obligatorias. Y una última sección, en la que la Cancillería le pregunta a la CIDH si recogió las recomendaciones del Grupo de Trabajo de la OEA, tramitadas en enero por el Consejo Permanente.
En forma paralela, Patiño anunció invitará a la presidenta de la CIDH , Dinah Shelton, para que visite el país. “El presidente Correa me ha pedido que invitemos a la Presidenta de la CIDH para que venga al Ecuador a ver si aquí está en peligro la libre expresión.