El dirigente tenía en la mano una lista con los participantes de la marcha.
En el documento constaban el nombre, la dirección y el teléfono de contacto de cada uno. En las paradas se hacía un repaso de los integrantes, para asegurarse que no se infiltren personas ajenas a la movilización.
“No queremos que la gente de Inteligencia del Gobierno nos plante armas o droga. Ellos quieren desprestigiar nuestra protesta”, dijo Abel Ávila, ex asambleísta del Movimiento Popular Democrático (MPD).
Él encabezó a la delegación esmeraldeña que se unió a la denominada Marcha por la vida, convocada por una fracción del movimiento indígena.
Partió el lunes por la mañana con más de 100 personas de Esmeraldas. Pernoctaron en Quinindé y ayer por la mañana llegaron al sector de El Portón del Río, en la entrada de la ciudad de Santo Domingo.
Allí, los dirigentes esmeraldeños se reunieron con representantes del movimiento Alianza Tsáchila. Ellos se sumaron a la marcha. Según Ávila hay más de 250 esmeraldeños y santodomingueños viajando a Quito por separado, en camionetas y buses interprovinciales.
“No le hemos hecho en un solo grupo para que la Policía no impida el paso”. Ayer se vio al dirigente junto a unas 50 personas con banderas de Esmeraldas. Tenían previsto avanzar ayer hasta Alóag y llegar a Quito de forma paulatina hasta el próximo jueves 22.
“Le pediremos al Gobierno cuentas sobre la oferta de educación gratuita que no ha complido”, refirióÁvila.