Las redes sociales (Facebook, Twitter y Messenger) son uno de los espacios que evidencian la incertidumbre que existe en diario El Telégrafo.
“Se sigue filtrando la amenaza de reducir el personal”, “Otra propuesta del equipo que trabaja el plan para el Gobierno es analizar qué personal del diario El Telégrafo es susceptible de realizar funciones para más de un producto editorial”. Son solo algunos de los comentarios del grupo Por un verdadero periodismo público, apoyamos a El Telégrafo, creado en Facebook y que registra 947 seguidores.
Esto, mientras los responsables del nuevo diario de corte popular ya tienen asignado un espacio en el edificio de Boyacá y 10 de Agosto, en el centro de Guayaquil. Son 14 personas, cuya llegada a inicios de año ahondó la incertidumbre en la Redacción.
Incluso se discute en las redes sociales cuál es el sueldo de quienes lideran el proyecto gubernamental. “Talvez USD 14 000 sean suficientes. O pensaron que no nos enteraríamos de tal cifra?”, dice un comentario sobre José Orús. Él, junto con Máximo García, encabeza el proyecto que espera luz verde del Directorio para su marcha.
En las últimas tres semanas, fotógrafos, redactores, editores y diseñadores mostraron su abierta oposición a la publicación de un tabloide, de corte popular, utilizando los recursos y la infraestructura de El Telégrafo.
Pero tanto el ministro de Telecomunicaciones, Jorge Glas, como el secretario general de la Comunicación, Fernando Alvarado, se mostraron a favor de ello. Incluso, señalaron los beneficios que traerá a las alicaídas lectoría y economía del periódico.
El punto más álgido se vivió el martes 2 de febrero. En la página 4 de la edición de ese día, estaba prevista la publicación de una nota sobre la reunión de la Junta de Accionistas del 29 de enero.
En la parte medular, se decía que no se resolvió sobre el nuevo periódico y que se tomó una decisión que no estaba en la convocatoria: cambiar al Directorio.
Pero en el espacio asignado apareció una publicidad interna. Hasta cerca de las 11:00 del martes 2, la información estaba todavía en la edición digital. El texto de la nota cambiada e, incluso, el diseño de la página circularon por Internet.
El miércoles 3 se publicó el artículo ‘Para que nunca más’, escrito por el director del diario, Rubén Montoya, en el cual denunció que la decisión fue administrativa y no de la Redacción.
La situación en diferentes áreas del diario se mantiene tensa, pues el nuevo Directorio aún debe decidir si autoriza la creación del nuevo medio. Ya hubo dos reuniones (29 de enero y 10 de febrero pasados). Una tercera está programada para estos días.
Hasta entonces, entre los trabajadores (de 350 a 400 personas) hay inquietud por los cambios de administradores, accionistas y directorios. Tres veces en menos de cuatro años.