El presidente Rafael Correa ha enviado hoy a través de Twitter un mensaje por Semana Santa. En el mensaje, dice que Pilatos se lavó las manos manipulado por sumos sacerdotes y que luego fue seguramente condecorado en Roma por habar manejado el tema de Jesús de forma profesional.
Este mensaje, que fue escrito en varios tuits, fue conocido en la mañana y despertó una serie de comentarios en redes sociales.
Incluso, como sucede frecuentemente en Twitter, se produjo una ola de bromas agrupadas muchas de ellas bajo el hastag de #MashiStyle.
En el mensaje, el Presidente ha marcado diferencias con Pilatos. “Pueden estar seguros que nosotros NUNCA nos lavaremos las manos ante la injusticia, cueste lo que cueste Feliz semana a todos!”.
El analista y experto en temas católicos, Simón Espinosa sostiene en un comentario que hizo para el elcomercio.com que Correa “no solo se ha lavado las manos sino ha pedido que se enjuicie y se castigue a periodistas por haberle quitado, supuestamente el honor; Ha pedido condenar como sediciosos a ciudadanos que han protestado contra los abusos del presidente. Las sabatinas son lavatorios de manos, pues no le hemos escuchado aún reconocer un error”.
Por su lado, el tuitero, analista político y aspirante el doctorado en Filosofía por la Universidad Autónoma de México, Mateo Martínez dice que “Correa entra a disputar el difuso campo de lo simbólico al proyectar un juego de equivalencias implícitas/explícitas entre los hechos del evangelio con su gobierno, en días de mucha sensibilidad religiosa”.
Aquí transcribimos el texto que Correa envió con ocasión de la Semana Santa y más adelante el de Simón Espinosa y del de Mateo Martínez.
Texto de Correa
Para los cristianos, esta es la Semana Mayor, y la Pascua de Resurrección la fiesta MÁS importante. Siempre me ha…
…fascinado la naturaleza humana y la sicología colectiva, tan bien representadas en la Pasión. Las mismas manos que cinco días antes…
…recibían al Cristo con palmas, eran las que pedian ahora su crucifixión, y que suelten a un asesino. Todo manipulado por los Sumos…
…Sacerdotes, con un Pilatos lavándose las manos! Pilatos probablemente después fue condecorado en Roma por haber manejado tan…
…”profesionalmente” una situación tan complicada. Finalmente solo murio uno, y pudieron ser cientos! La historia de la humanidad!
…Uds. pueden estar seguros que nosotros NUNCA nos lavaremos las manos ante la injusticia, cueste lo que cueste! Feliz semana!
Texto de Simón Espinosa
La gente amaba al Jesús populista que multiplicó los panes y los peces y dio de comer a más de cinco mil personas. Esa gente, manipulada por el poder sacerdotal, pidió la muerte de Jesús porque se había proclamado Hijo de Dios. Blasfemia horrorosa en una religión monoteísta.
Pilatos preguntó a los sacerdotes y al pueblo: “¡Debo yo crucificar a su rey?” Los jefes de los sacerdotes contestaron: -“No tenemos más rey que el César”. Para castigar la blasfemia renunciaron a la soberanía de Israel y Judea.
El presidente Rafael Correa no puede compararse con Pilatos, porque éste era gobernador del Imperio en un país conquistado. Tal vez si se considera un gobernador de Irán en Ecuador, gobernador de Venezuela en Ecuador, gobernador de China en Ecuador, podría llamársele Pilatos.
Pero Pilatos o no, se ha lavado las manos y ha preferido a Gadafi, un criminal, y a Bashar al-Assad, otro criminal, en desmedro de la liberación de esos pueblos oprimidos y de derechos humanos constantemente violados.
No solo se ha lavado las manos sino ha pedido que se enjuicie y se castigue a periodistas por haberle quitado, supuestamente el honor; Ha a pedido condenar como sediciosos a ciudadanos que han protestado contra los abusos del presidente. Las sabatinas son lavatorios de manos, pues no le hemos escuchado aún reconocer un error.
Jesús, a quien el presidente invoca, dijo: “Dejadlos. Si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en el hoyo” (Mateo 15.14) “No hay peor ciego que el que no quiere ver”, dice un refrán castellano”. Rafael parece creer firmemente en que él es el verdadero Hijo de Dios, el Salvador de nosotros. En la Grecia clásica se decía que “A los engreídos, los dioses los castigan volviéndolos locos”.
Texto de Juan Mateo Martínez
El discurso de Correa sobre la semana santa en Twitter permite acceder a un nivel mucho más íntimo en cuanto a su concepción profunda de la política y la intrincada percepción mesiánica que guarda sobre sí mismo como gobernante. A través de un comentario que podría definirse como “liturgia política”, Correa entra a disputar el difuso campo de lo simbólico al proyectar un juego de equivalencias implícitas/explícitas entre los hechos del evangelio con su gobierno, en días de mucha sensibilidad religiosa.
Por una parte, Correa muestra pesimismo sobre “la naturaleza humana y la psicología colectiva” de las masas que aclaman primero a Cristo y luego de ser “manipuladas por los sumo sacerdotes” exigen su crucifixión. En este paralelismo velado con el momento actual, aparece una visión cristológica y trágica de la política: el verdadero gobernante conserva equivalencia con el verdadero redentor porque al igual que él, este viene a salvar a su pueblo aunque termina siendo incomprendido como consecuencia de la manipulación del pueblo.
Para complicar aún más la fanesca twitteriana, Correa aborda la imagen del prefecto romano Poncio Pilato lavándose las manos como imagen de la irresponsabilidad de la autoridad de gobierno; ante la cual afirma textualmente que “Uds. pueden estar seguros de que nosotros NUNCA nos lavaremos las manos ante la injusticia, cueste lo que cueste”.
Puede concluirse entonces que Correa no se lavará las manos como Poncio Pilato y que, al igual que en tiempos de Jesús, hoy en día también la maldad presente en el espíritu humano y la manipulación es la causante de la incomprensión del pueblo hacia aquellos que han venido a redimirlos. Para responder a la pregunta de si Correa se ve a sí mismo como una extraña síntesis entre redentor y autoridad responsable, habría que tomar muy en cuenta la afirmación que realiza el filósofo italiano Giorgio Agamben, de que el modelo de gobierno moderno es una versión secularizada de la doctrina de la Providencia.