El coronel César Carrión, ex director del Hospital de la Policía, fue dado de baja de la institución. Ayer su abogado, Vinicio Villa, cuestionó la decisión del Consejo de Generales, que resolvió removerlo de la Policía Nacional por supuesta mala conducta.
El proceso contra Carrión se inició luego de la revuelta policial del 30 de septiembre del 2010 (30-S). Entonces, la Fiscalía lo acusó por supuesto intento de asesinato al presidente Rafael Correa, por una declaración de Holguer Guerrero, ex asesor del asambleísta Fernando Bustamante, de que había oído a Carrión decir que se le dé cianuro al Presidente.
Además, el Gobierno señaló que Carrión quiso evitar que el presidente Correa sea atendido en el hospital policial, cuando huía de las bombas lacrimógenas que se lanzaron en el Regimiento Quito. Estas versiones nunca fueron probadas en el juicio penal, por lo que el oficial fue absuelto de los cargos.
A pesar de ello, se abrió un expediente en su contra en Asuntos Internos de la Policía, para investigar su actuación durante los hechos del 30-S.
Según Villa, el Consejo de Generales utilizó esa misma versión para removerlo de la Policía. “Se basaron en las versiones rendidas en los tribunales penales del señor Holguer Guerrero y de la doctora Iroshima Villalba, versiones que nunca se confirmaron. Pero para el Consejo de Generales no sirvió el principio de inocencia”, afirmó Villa.
Sin embargo, el Ministerio del Interior aclaró que el proceso se inició por las declaraciones “sin autorización” que él dio a la cadena internacional CNN, sobre el supuesto “secuestro” del Presidente. Carrión negó que Correa haya estado cautivo en el Hospital. No obstante, el Coronel probó que tuvo autorización verbal de hacerlo. Por ello, apelará la baja.