Cordero anuncia la realización de foros, con delegados de los medios y Rafael Correa, para evitar el veto a la Ley de Comunicación, que tramita la Asamblea.
La ley de medios se discute en la Asamblea desde finales del 2009. ¿Uno de sus deseos para este 2012 es que se la apruebe finalmente?
Antes que eso deseo que el Ecuador tenga un gran año, dicen que será difícil por ser electoral, pero las elecciones son siempre buenas, permiten renovar compromisos, revisar tesis, involucrar a la gente. No hay que tenerle miedo a la democracia. El 2012 es un año de decisiones.
¿Y qué pasará con esta ley, cuya votación ha sido postergada en varias ocasiones?
Aspiro a que no solo se apruebe sino que sea buena. La decisión de mi bloque es no afectar la libertad. Publicaremos el texto en los diarios, antes de votarlo, para que el Ecuador lo conozca y ojalá tenga suficientes adhesiones para que sea aprobado y esté bien hecho, para que ni el Presidente de la República deba hacer cambios que no sean técnicos, que no sea una contradicción con la Asamblea sino una complementación.
¿Es posible llegar a un acuerdo para aprobar esta ley? Cada sábado, lo mínimo que dice el presidente Rafael Correa es prensa corrupta.
Imagínese que no es ecuatoriana y prende la radio de la Asamblea, que transmite las sesiones. No sabría si es una sesión del legislativo o un comentario al enlace sabatino. El 50% de intervenciones son para eso. El Presidente es un hombre político, ya se dio cuenta hace rato que le puede poner la agenda a la oposición. ¿Quién tiene la culpa? Es un círculo vicioso. ¿Quién lo rompe? La confrontación tiene unos límites, se vuelve inútil en un punto.
¿Puede garantizar un acuerdo para evitar el veto presidencial y romper el ambiente de confrontación?
No podemos hacerlo sin contar con la opinión del Presidente.
¿Qué hacer entonces?
El Presidente me ha dicho que está dispuesto a venir a la Asamblea, como colegislador. Pero no hay el ambiente. En la posesión de autoridades, la oposición ha hecho actos ridículos y provocadores para irritar. Debería haber un procedimiento para que el Ejecutivo, mi bloque y la oposición en la Asamblea analicen las leyes. También los beneficiados y afectados de la ciudadanía, así formarían un pentágono.
¿Cuál es el escenario real?
No le parece interesante que luego de la publicación del texto en los medios impresos, desarrollemos un par de foros, para que en la forma más libre, incluso los delegados de los medios digan lo que quieran decir.
Pero, ¿el Presidente no perdería su poder de veto?
No. Pero planeamos hacer foros para persuadir al Presidente, que tiene que ser parte de ellos porque aún no habremos votado la ley. Imagínese mi pentágono. Y que el Presidente nos haga 10 observaciones que sean aceptables para todos. Arreglado el tema.
Se ha hablado tanto de esta ley y su bloque sigue analizándola. ¿Hace falta?
Sí, lo malo es la especulación. No es la ley más polémica sino la más polemizada. El bloque le ha pedido a Mauro (Andino, ponente) que nos deje revisar el texto y eso debería ser imitado por todos los grupos. Nos ha causado dudas, hay contradicciones formales por escribir más de lo necesario.
¿En qué puntos del texto?
En una parte se garantiza el derecho a la reserva de la fuente y en otro se lo condiciona. Le hago referencia a este punto porque usted puso en duda ese tema y cuando leí el documento no tuve sino que darle totalmente la razón. Por desarrollar una idea, en la redacción terminan enredándose.
¿Tendrán votos para aprobar la ley? Su aliado Gerardo Morán no los apoyaría…
Hace un año y medio me preguntaron si apoyaba una ley que elimine la libertad de expresión, dije no, que la botaría a la basura con ‘b’ y no ‘v’. Haría lo mismo ahora si tuviera defectos.
¿Cómo debe ser esa ley?
Debe ser buena para los medios, puede traer cambios que les estorben al inicio, que modifiquen conductas, pero deberían ser aceptables en el sentido deontológico, de sujetarse a referencias, para hacer bien las cosas. Eso no significa que estén prohibidos de contar con códigos propios.
¿Han revisado los códigos de ética de los diarios?
Debe haber credibilidad respecto a que se cumpla lo que está escrito. Todos los códigos que conozco dicen que hay que rectificar cuando hay errores. Pero no se pasa del dicho al hecho.
¿Tendrá código de ética la agencia Andes, que el jueves colocó una segunda versión de una nota, sin reconocer el error ante sus lectores?
Me parece una falta de ética. No está mal que el señor que escribió la primera versión diga lo que él piensa de Eugenio Espejo. Es su libertad de opinión, pero que no haga aparecer a una agencia pública del Ecuador en contradicción con lo que pensamos millones sobre Eugenio Espejo. Es una falta de ética que no hayan dicho rectifico. Esas cosas en el siglo XXI no se pueden esconder, es un mundo informático. A mí me ha pasado igual, veo una noticia, y comento con alguien, regreso y me quedé sin noticia, la borraron.
¿Hay suficientes reglas para los medios públicos?
Tiene que haber; los temas deontológicos no son solo para los privados, que pueden actuar en función de quien paga la cuenta, omitir no adulterar información, por no afectar a un cliente. El mundo público no tiene nada que ocultar. No debería ser menos que el mejor medio privado. Es un asunto de oficio, los públicos son nuevos. A lo mejor trabajando por años en un medio no se necesita leer el código de ética.
¿Cree en la censura previa?
No estaría jamás de acuerdo en que por proteger la honra de alguien censuren a un medio. Pero el correlato de eso es que haya la libertad para exigir la recompensa en el sentido no materia sino de que reconozcan el error.
¿El Presidente de la República no piensa como usted?
Bolívar, según historiadores, se irritaba tanto por críticas a su reputación que era capaz de declarar una batalla por ello. Hay gente que dice me resbalan los insultos. Uno debe ser tolerante cuando se convierte en un personaje público. Es bueno que le critiquen. Pero no hay derecho a injuriar.
HOJA DE VIDA
Fernando Cordero
Su experiencia. Arquitecto cuencano, con 15 años en la política, fue Alcalde de Cuenca, diputado y asambleísta constituyente. Es maestro universitario.
Su punto de vista. Los temas deontológicos no son solo para los medios privados. La ética es un asunto de oficio, que se impregna.