El agente Darren Wilson, a quien un jurado decidió no imputar por la muerte del joven negro Michael Brown en Ferguson (EE.UU.), decidió renunciar a su puesto a raíz de “amenazas creíbles” contra el departamento de Policía local y otros oficiales.
Wilson presentó su renuncia “dos minutos después” de que el jefe de la Policía de Ferguson, Tom Jackson, le hablase de esas amenazas, según comentó su abogado, Neil Bruntrager, a la cadena NBC.
Jackson pensó que, si Wilson dejaba su puesto, “se aliviarían esas amenazas”, pero en ningún momento presionó al agente para que dimitiera, de acuerdo con Bruntrager.
Un jurado dio a conocer el lunes su decisión de no imputar a Wilson, de 28 años, por la muerte de Brown, de 18 años y tiroteado por el agente el pasado 9 de agosto tras robar una caja de cigarrillos en un supermercado de Ferguson, un suburbio de San Luis (Misuri).
El alcalde de Ferguson, James Knowles, sostuvo que Wilson no recibirá ninguna indemnización por su salida de la Policía local.
Wilson permanecía retirado del servicio desde la muerte de Brown en agosto, pero seguía cobrando su sueldo, y esta semana afirmó en una entrevista ABC que lamenta lo ocurrido, pero que tiene “la conciencia tranquila” y volvería a actuar del mismo modo porque temió por su vida.