Redacción Ambato
En la comuna Pungal San Miguel, en el cantón Guano, una decena de campesinos visita cada semana la casa de Mercedes Pusallo. En una pequeña habitación guarda un botiquín que fue donado por la organización Centro de Desarrollo Humano en Cultura y Economía Solidaria (Cebycam-Ces).
La mujer de 60 años también recibe capacitación de los técnicos de esta entidad. Ella aprende a recetar medicamentos a las personas que tienen dolor de cabeza, irritación de los ojos, dolor de garganta… ocasionados por la caída de ceniza y por otros factores.
35 Promotoras
comunitarias de salud hay en la jurisdicción Pusallo. Ellas visitan las casas de los vecinos.
Pusallo es una de las 35 promotoras comunitarias de salud que ayuda a la gente que vive en las zonas aledañas al volcán Tungurahua. En estos lugares no hay un dispensario médico.
El programa es impulsado, desde hace 25 años, por el Cebycam-Ces, con el apoyo de organizaciones internacionales.
Rosa Hidalgo, coordinadora de la institución, explica que en 1984 se organizaron talleres con las amas de casa. Eso, como parte de un plan para erradicar el bocio, uno de los principales problemas en Penipe desde hace más de dos décadas.
“Esa enfermedad se erradicó del cantón. Sin embargo, decidimos continuar con el plan por la reactivación del Tungurahua, que empezó en 1999”, precisa.
Ataviada con un suéter amarillo y un pantalón azul, para protegerse del frío, Pusallo cuenta que a veces traslada a los enfermos graves al Hospital del Cebycam- Ces, ubicado en pleno centro del cantón Penipe.
El trabajo que realizan las promotoras es supervisado por Mey Orna, coordinadora del programa. Ella visita cada semana las comunidades Pachanillay, El Altar, Guzo, Palictahua, Candelaria, Nabuso, Shamanga, Asacucho, La Providencia, Cahuaji, Choglontus, Tarau, Chibza, entre otras. En estos sitios, el Cebycam desarrolla esta iniciativa.
La funcionaria señala que una vez al mes, el grupo de promotoras de salud recibe capacitación en atención médica de emergencia.
A 40 minutos de Pungal San Miguel se encuentra otra comunidad pobre, Pungal de Puela. Allí, Mariana Morales, de 22 años, participa en el programa desde hace dos años.
“A más de ofrecer primeros auxilios, inyectamos sin consto”, indica, mientras atiende a su vecina María Valdivieso. La mujer de 65 años tiene dolor de estómago. Morales le pide que se siente y le revisa el abdomen.
Morales le pregunta qué comió en las últimas horas. Luego entrega dos pastillas y pide que tome el medicamento cada seis horas.
Valdivieso afirma que la tarea de las promotoras de salud ayuda a la gente que no tiene dinero para ir al médico. “Ellas regalan las pastillas para la fiebre, dolor de cabeza y de estómago. Esto es una bendición”. Morales agrega que en ocasiones, los agricultores se lastiman cortando hierba.
“Aquí los curamos sin que les cueste nada. Este trabajo es gratificante, porque ayudamos al que menos tiene. Además, sabemos cómo actuar en emergencias”.
Los bramidos se redujeron ayer
La intensidad de los bramidos en el volcán Tungurahua disminuyó ayer. Los reportes del Instituto Geofísico indican que se escucharon cañonazos con menor energía. En la mañana, las columnas tuvieron una moderada carga de ceniza. Las explosiones alcanzaron 1 km de altura.
La técnica Mercedes Taipe indicó que en la tarde, la neblina impidió mirar el cráter del coloso. Sin embargo, en la noche del domingo se observó mucha incandescencia.
Hasta el cierre de esta edición, no se confirmaban las comunidades en donde se registró caída de ceniza. “En el momento, la actividad es moderada, con tendencia ascendente”, dijo Taipe.
Benigno Meneses, vigía de Bilbao, contó que los campesinos que viven en Pillate, Cusúa y otras comunidades ubicadas en la zona de alto riesgo limpiaron ayer la ceniza que cayó durante el fin de semana en sus plantaciones de maíz y en los pastizales.
El Comité de Operaciones de Emergencia (COE) de Chimborazo y Tungurahua revisa los reportes que envía el Instituto Geofísico. Los representantes de estas entidades aún no definen si se reunirán en los próximos días para revisar los planes de contingencia de los cantones.