Denuncia de asambleístas de País, lunes 1 de marzo de 2009: “Existe en la Fiscalía una red de corrupción liderada por Pesántez que va más allá del nepotismo”.
Contratos direccionados y extorsión se puntualizan. Antes se habló de persecución a testigos, incluso de un intento de plagio o secuestro en el caso Emme.
De ser cierto lo que se acusa, el destino de Pesántez debe ser la cárcel, no sólo salir de la Fiscalía.
Se confirma en esta columna lo que escribí el 3 de febrero. El accidente en que se involucró a la cónyuge de Pesántez y las actuaciones abusivas inmediatas de personal de la fiscalía, incentivaron a algunos asambleístas de País para empapelar al Fiscal que en varios momentos se había enfrentado con ellos, desde la Constituyente.
A más de la frase del presidente Correa, que es “inoportuno” el juicio político contra Pesántez, ¿qué hará para defenderlo?
El caso de Arellano, su profesor del San José, por quien hasta ordenó que la Policía agreda a los funcionarios de la Superintendencia de Compañías, que fue destituido por la Asamblea Constituyente, es el único de rebeldía de asambleístas ante quien los colocó en sus cargos.
En los otros casos legislativos y de fiscalización, el sometimiento de la mayoría de asambleístas ha sido constante. En las conversaciones, críticos contra las imposiciones canalizadas por Patiño o por Alexis Mera y a la hora de votar alineados bajo las órdenes recibidas.
La diferencia entre Arellano y Pesántez: al primero se lo acusaba de abusos e irregularidades administrativas; al segundo de corrupción, sometida a leyes penales.
Sigo creyendo que no habrá los votos de País en la Asamblea para separar al Fiscal. Puede ser que un sector se bronquee con Pesántez, pero su actuación procesal al desestimar la Fiscalía la denuncia sobre las evidentes falsedades en el texto constitucional y la lentitud en las indagaciones sobre ilícitos petroleros y otros, así como su convivencia de estudios en Bélgica, harán latir el corazón de Correa para proteger a Pesántez.
Unas y unos de País intentarán clavar sus colmillos, Correa los dejará hablar y acusar, pero amparará a Pesántez, también pensando en el riesgo que éste recobre dignidad y le complique las cosas.
Después de 3 ó 4 meses, cuando toque designar al Fiscal para el siguiente período, Pesántez resignará su cabeza.
¿Qué garantiza luego una buena fiscalía? Nada, si los procedimientos de designación siguen viciados- lo más probable- llegará a la Fiscalía un servil más que encubra los casos de corrupción del Gobierno de Correa y su entorno.
¿Embajador Pesántez?, quizás, porque las denuncias sobre la red de corrupción que supuestamente lidera serán olvidadas. Todo lo que quieren los contradictores de adentro de Alianza País es el cargo de Fiscal para alguien que complazca a Correa y también a ellos.