César A. Sosa
Editor de NegociosEl Gobierno se gastó la liquidez de la que disponía en la recompra de una parte de la deuda externa. Y ahora que necesita plata acude nuevamente al endeudamiento, aunque lo llame venta anticipada de petróleo.
El contrato con PetroChina es la mayor operación financiera con petróleo que ha realizado el país. Compromete 69,12 millones de barriles de crudo durante dos años, es decir, 96 000 barriles diarios.
Pese a ello, ni siquiera fue mencionado en la cadena radial del sábado pasado, donde se comunican los temas supuestamente importantes.
Los detalles del contrato con PetroChina, firmado el jueves pasado, fueron discutidos bajo un estricto sigilo oficial y no serán públicos por “asuntos comerciales”, según autoridades de Petroecuador.
Esto hará más difícil saber el costo real de la operación, pues el contrato no separa el precio del crudo del costo del financiamiento. Un precio bajo del barril puede esconder tasas de interés altas.
La operación con PetroChina no solo muestra una falta de transparencia en el manejo de los recursos públicos, sino también la crisis de liquidez de la caja fiscal, que ha sido minimizada por el Presidente de la República.
Los USD 50 que recibe actualmente el Gobierno por cada barril de crudo exportado resultaron insuficientes para satisfacer la sed del Gobierno por gastar.
Y para mantener el ritmo de gasto está utilizando buena parte de los ingresos petroleros de los próximos dos años, lo cual equivale a tener nuevamente un precio de USD 80, como el año pasado.
Lo que no ha dicho el Gobierno es cómo manejará la caja fiscal en 2010, si continúa el ritmo de gasto y los ingresos serán menores por pagar la deuda a PetroChina.
Tampoco ha explicado por qué el contrato con PetroChina establece que el destino del crudo sea libre, cuando la política del Gobierno es vender a consumidores finales.