El norte de Manabí vuelve a su ajetreo cotidiano después del terremoto

Los habitantes del norte de Manabí tratan de retomar su rutina, en medio de la reconstrucción de las zonas devastadas por el terremoto. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO

Los habitantes del norte de Manabí tratan de retomar su rutina, en medio de la reconstrucción de las zonas devastadas por el terremoto. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO

Los habitantes del norte de Manabí tratan de retomar su rutina, en medio de la reconstrucción de las zonas devastadas por el terremoto. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO

Como un enfermo que sale de terapia intensiva, la vida del norte de Manabí –asolado por el sismo del 16 de abril- recupera lentamente su dinamia. Y aunque la geografía sigue llena de cicatrices, la determinación de sus habitantes hace que en vez de echarse a llorar busquen retomar las actividades que realizaban antes de la tragedia.

La pronta rehabilitación de las grietas y deslaves, que cubrieron varios tramos de los 110 km de carretera que unen a Pedernales con Bahía de Caráquez, tiene mucho que ver en esta recuperación. Otro factor que actuó a favor de este rápido repunte es la constatación de que los puentes levantados sobre los más de 15 ríos y esteros que cruza esta vía resistieron de buena manera los sacudones del sismo.

Es más, ninguno se cayó. Todos están bien, desde el que cruza el río Palmar hasta los de los ríos Seco, Mocora, Tabuga, Tabuchila, Muchacho y Canoa. Hasta el Bayle ubicado sobre el estero del km 61 resistió de buena manera. Son puentes con luces que van desde los 20 hasta los 56 metros.

La vía volvió a recuperar su vocación de servicio. A las frágiles cabañas armadas con lo que se tiene a mano de quienes lo perdieron todo se suman las colas agrupadas en las paradas, equipadas con quitasoles de acero galvanizado para protegerse del sol y de la lluvia, donde los manabitas esperan con paciencia a las líneas de transporte público intercantonal como Coactur, Reina del Camino, Flota Manabita y Carmen Limitada.

Eso es lo que pasó hoy, 5 de mayo del 2016, a las 08:30 con Merlín Guayamabe, quien se embarcó en Pedernales en una Coactur. Su destino fue Valle de Hacha, donde trabaja en una plantación de teca. Es un recorrido caro que cuesta por población. USD 1 de Cojimíes a Pedernales; otro dolarito de Pedernales a Jama y así. Un viaje de Cojimíes a Bahía de Caráquez cuesta USD 4.

Ante la escasez de unidades, muchas camionetas recogen de la vera del camino a quienes lo solicitan y les conducen a sus destinos por la módica cantidad de USD 1 o 1,25.

Mario Quijano, Ángela Ganchozo Juan Diego Ganchozo y Marcelo Sánchez se acogieron a esta modalidad. Ángela conducía a su hijo Juan Diego, de cuatro años de edad, al centro de salud de San Vicente pues se había roto la cabeza. No fue en el sismo sino que se cayó de la cama por travieso anotaba la mujer, en tono preocupado.

Sánchez, en cambio, se dirigía a Chone, su ciudad de origen luego de participar en una convivencia con sus hermanos de la Iglesia Pentecostal Unida, de la cual es uno de sus pastores. El religioso
recordaba que en su cantón existen 600 viviendas afectadas por el terremoto, muchas de las cuales deben ser derrocadas sin remedio.

Al llegar a San Vicente, su lugar de destino quien primero les abordó fue Elvis Olmedo, un joven de 21 años nacido en Charapotó que les ofreció los últimos hits de los músicos actuales en formato CD o las películas de estreno en formato DVD. Cualesquiera de ellos a USD 1 por unidad.

"Yo me gano la vida así desde hace seis años. Así mantengo a mi mujer y mis tres hijos", explicaba mientras abordaba a otro posible comprador a quien le guiñó el ojo el último hit de Chino y Nacho.

La vida está de vuelta en el norte de Manabí. Con toda su fuerza.

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