Managua. Reuters
Nicaragua otorgó asilo político al líder indígena peruano Alberto Pizango, que afronta una orden de captura por las mortales protestas de la semana pasada en tres regiones amazónicas del Perú. Así informó ayer el embajador nicaragüense en Lima, Tomás Borge.
“Nosotros pedimos la comprensión del Gobierno del Perú y hace unos momentos llamé para reiterar que le otorgamos el asilo y que le avisaran al Gobierno del Perú que necesitábamos un salvoconducto para Alberto Pizango”, informó él en una entrevista.
Borge, un ex comandante de la revolución sandinista que está en Managua para atender asuntos familiares, dijo que esperaba que la situación no complique las relaciones entre los dos países.
“Pedimos la comprensión del Gobierno peruano. ¿Qué alternativa teníamos? Pidió refugio este hombre y Daniel Ortega, con su singular y tradicional espíritu solidario, le otorgó el asilo.
No ha habido una reacción negativa, esperamos que no la haya”, indicó el funcionario.
El paradero de Pizango había sido un misterio hasta hace pocas horas, cuando pidió asilo en la Embajada de Nicaragua.
“Lo que hay objetivamente (en Perú) es una violencia de carácter estrictamente política y Alberto Pizango se sintió perseguido, amenazado, y por eso solicitó asilo”, sostuvo Borge, el único sobreviviente de los fundadores de las guerrillas sandinistas.
El líder desafió al Gobierno neoliberal de Alan García, al encabezar las violentas protestas que dejaron decenas de muertos, contra una ley de inversiones que los indígenas consideran una amenaza para los recursos naturales de la Amazonia.
Para Manuel Saavedra, director de la encuestadora CPI, el Mandatario peruano falló al no consultar a los indígenas sobre su plan de inversiones en la selva. “En ningún momento existió el diálogo. García nunca habló suficientemente con las comunidades para vender esa idea”, dijo.
Pero, según el Gobierno peruano, las protestas han sido alentadas indirectamente por el presidente indígena de Bolivia, Evo Morales, un fuerte aliado de los mandatarios de Nicaragua, el sandinista Daniel Ortega, y de Venezuela, Hugo Chávez.