En el mercado de la parroquia Tarqui, de Manta, los precios de los pescados se incrementaron.
“Los pescaditos que podemos comer los pobres aumentan de precio. Los comerciantes dicen que por el clima hay poca pesca. A mí me gusta el cabezudo por su sabor,” comenta Fabiola Cedeño, quien vive en el barrio Seis de Diciembre de Manta.
Ella va tres veces a la semana al mercado, porque le gusta más el pescado que las carnes de res, pollo y cerdo. Hay veces madruga, porque los vendedores llegan con los pescados más frescos.
Un cabezudo, una perela los venden entre 4 y 5 dólares. A ese mismo precio están los pilos (grupos de cinco pescados pequeños) de caritas y pámpanos. Antes los regalaban.
Según Cedeño, hasta hace tres meses esos pescados los compraba a mitad de precio.
La albacora de la familia de los atunes está un poco más barata. Se la consigue de tres y cuatro libras en USD 5. Esta variedad de pescado es muy requerida para el cebiche.
“La gente tiene que aprovechar cuando hay atún, es una temporada buena, hay días que la libra de albacora aleta amarilla -que se exporta- baja de precio hasta USD 1”, dice Fabián Espinosa, un comerciante de pescado.
Él tiene que madrugar a las 03:00 a la playa. Llegan los pescadores en sus lanchas y traen la pesca del día, como la corvina, merluza, sardinas y botellitas. Esas variedades pequeñas le gustan a la gente por el sabor. En esta época del año no hay muchos.