El semanario británico The Economist anunció en su última edición que no usará más los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (Indec) de Argentina, cuyas estimaciones, particularmente sobre inflación, son cuestionadas por la mayoría de consultoras privadas.
En un artículo titulado “Don’t lie to me, Argentina” (“No me mientas, Argentina”), que alude a la canción “Don’t cry for me, Argentina”, de la Opera “Evita”, The Economist señala: “A partir de esta semana, decidimos abandonar por completo los datos del Indec”.
“Estamos cansados de ser partícipes involuntarios en lo que parece ser un intento deliberado de engañar a los votantes y estafar a los inversionistas”, añade la publicación.
A partir de ahora, The Economist utilizará para la inflación en Argentina a la consultora estadounidense PriceStats, “un especialista en inflación”, que recaba datos para 19 países basados en compras en internet.
“Sin duda, Argentina dirá que mide el consumo de los ricos y no de los pobres, que no compran on line. Pero los métodos de PriceStats están basados en sólida investigación (…) y han probado una impresionante coincidencia” con las cifras oficiales en países como Brasil y Venezuela, añadió.
Las cifras del Indec son cuestionadas desde que el gobierno retomó el control del organismo en 2007. Argentina registró en 2011 una tasa de inflación anual de 9,5% según el Indec y de alrededor de 23% según organismos privados.
The Economist destacó que descartó otras opciones oficiales argentinas para el cálculo de las variaciones inflacionarias.
“Si cambiáramos para uno de los organismos provinciales de estadísticas que todavía generan datos confiables, tememos que sería objeto de presiones del gobierno”, señala la revista, que recuerda que también el FMI señaló problemas en las estadísticas del país sudamericano.
Desde 2011, las entidades que publicaron cifras independientes sobre la inflación en Argentina recibieron multas de más de 100 000 dólares. El gobierno las acusó de hacer investigaciones incompletas.
The Economist tiene un tiraje mundial de 1,3 millones de ejemplares, de los cuales más de la mitad se venden en Estados Unidos.