La Unión Europea (UE) vive una crisis de déficits fiscales que la ha puesto al borde del colapso. Pero ese problema también lo viven EE.UU. y los países de América Latina. ¿Por qué se ha desatado este fenómeno mundial?Si bien la crisis financiera empezó en el 2008, el mundo asiste a problemas desde hace mucho tiempo atrás. En Argentina, por ejemplo, en el 2001 estalló una profunda crisis, en la cual hubo una clara responsabilidad de los gobernantes por la aplicación de una serie de medidas desacertadas. Pero también es claro el desacierto de los organismos internacionales que asesoraron incorrectamente a la Argentina. Por tanto, el fenómeno actual es más generalizado porque a nivel global se han utilizado recomendaciones que no tenían una base seria.
El plan de salvataje a Grecia y los demás países en problemas de la UE implica medidas de ajuste drásticas la sociedad. ¿Es viable una medida de este tipo o se puede aplicar otras estrategias?
Creo que en estos momentos es mucho más importante la regulación del mercado financiero. Eso va a favorecer al propio mercado financiero porque le va a dar mayor transparencia, lo va a hacer sólido, va a evitar estas caídas estrepitosas. La idea es caminar hacia lo que se ha denominado como “capitalismo responsable”.
Pero más impuestos no atraen las inversiones…No hay que ser inflexibles. La aplicación de tributos tiene que ir de la mano con la intención que tenga un gobierno por desarrollar ciertos sectores. Es dudoso pensar que la presencia de la inversión extranjera esté anclada a la recaudación de impuestos. El inversor quiere impuestos razonables y, a veces, está dispuesto a pagarlos siempre y cuando encuentre transparencia en las instituciones, un tratamiento equitativo entre nacionales y extranjeros, un poder judicial independiente, nada de corrupción…
Las brechas fiscales también se han originado por un excesivo gasto público. ¿Eso termina por ahorcar a una economía, como sucedió con Argentina en el 2001?
Con la crisis del 2008 se comprobó que los gobiernos tienen la facultad de utilizar el gasto expansivo y que los equilibrios estrictamente fiscales no siempre son los adecuados para todos los países. El capitalismo ha visto que las teorías de John M. Keynes no estaban olvidadas y que ha reaparecido la necesidad de un revisionismo. En el caso argentino, se unieron algunos factores, no solo gasto público sino con medidas fiscales desacertadas como un mayor endeudamiento.