La agencia de calificación crediticia Standard and Poor’s degradó ayer nuevamente su evaluación de la deuda soberana de Grecia a la categoría basura, a ‘CC’, por el riesgo de suspensión de pagos que presenta el país.
Standard and Poor’s consideró que la perspectiva es “negativa”, por lo que podría volver a degradar la calificación griega en los próximos meses.
S&P es la última de las tres grandes calificadoras que advierten de una moratoria selectiva de después que los líderes de la zona euro acordaron la semana pasada un rescate a Grecia.
La agencia precisó en un comunicado que el nuevo plan de ayuda a Grecia, de cerca de 160 000 millones de euros, acordado por los dirigentes de la Eurozona el 21 de julio pasado, “equivale a un impago selectivo” y se traducirá probablemente en pérdidas para los acreedores privados.
La clasificación de Grecia en la categoría de impago llegará en el momento “del anuncio de la aplicación de la reestructuración de la deuda del país”, que Standard and Poor’s estima tendrá lugar después de septiembre.
El nuevo plan de rescate implica una contribución de los acreedores privados, que modifica los términos iniciales de los préstamos concedidos.
Los acreedores tienen varias opciones: canjear sus títulos por obligaciones con un vencimiento a 30 años, reinvertir sus créditos cuando Grecia los reembolse al llegar a su vencimiento, o aceptar una quita o castigo en sus títulos e intercambiarlos por otros a 15 ó 30 años plazo.
“El intercambio o el mantenimiento de los compromisos no son favorables a los inversores”, explicó Standard and Poor’s en un comunicado.
Estas modalidades afectan a los bancos y los fondos de pensiones miembros del Instituto de Finanza Internacional (IIF), que la semana pasada aceptaron contribuir con 54 000 millones de euros en tres años y 135 000 millones de euros en diez años.
Según el IIF, este mecanismo conllevará una pérdida de 21% para los prestamistas privados, una de las medidas tomadas en Bruselas para aligerar la enorme deuda de Grecia, que se eleva actualmente a unos 350 000 millones de euros.
La agencia añadió: “Anticipamos que asignaríamos una calificación de bajo grado especulativo a Grecia, dada nuestra opinión de que probablemente seguirá cargada por una alta deuda en relación al PIB, levemente por debajo del 130% del PIB al final del 2011 y la incierta perspectiva de crecimiento incluso después de terminar la reestructuración”.