Buena parte de las industrias locales no están abiertas a la competencia; más bien se conforman con la política proteccionista que aplica el Régimen, la cual les permitirá ganar participación en un mercado del tamaño del Ecuador.
Buena parte de los industriales nacionales se muestra satisfecho con estas medidas y está firmando acuerdos con el Gobierno para producir e invertir más en el país, lo cual no es gratuito. Lo hace porque el retorno de la inversión es factible con las mayores ventas que les asegura el Régimen, que se ha encargado de reducir la competencia que proviene del exterior.
Dentro del Gobierno hay funcionarios que defienden el desarrollo hacia adentro y que tienen reparos sobre la apertura con la Unión Europea. Ellos siguen buscando razones para no firmar un acuerdo con el bloque europeo, cuya fecha para una segunda ronda de negociaciones aún no se ha definido. Ese acuerdo supone una convicción de que la apertura comercial es positiva para el desarrollo, pero los mayores aranceles y las nuevas normas técnicas que se vienen aplicando desde finales del año pasado, y que restringen el comercio, van en dirección contraria.