El pago de la multa de USD 7 millones que las autoridades estadounidenses impusieron la semana pasada al Pacific National Bank (PNB), al parecer ya estaban previstas por los ejecutivos de la institución e incluso por las autoridades del Banco Central, su principal accionista.
En las cuentas del PNB constaba un rubro de “multas”, con dicho valor. Además, eso coincidía con la capitalización de USD 8 millones que el Central realizó al PNB en diciembre del 2010.Los dos órganos de control estadounidenses, Financial Crimes Enforcement Network The Office of the Comptroller of the Currency (OCC), determinaron que la subsidiaria en Miami del Banco del Pacífico había hecho caso omiso de las advertencias para el control de lavado de dinero, entre el 2005 y 2007. Y que, además, entre el 2007 y el 2010 aún dio reportes sobre transacciones sospechosas incompletas o no las ha entregado.
“La imposición de la multa no significa que las investigaciones hayan terminado. Pagar la multa no les exime de culpa. Y seguirán en la mira de los órganos de control. Es algo muy grave. Y, además, el Banco Central sigue echándole plata para tapar esa imagen de banco fallido que no ha logrado sanear sus pasivos. Se debe hacer una investigación”, afirma la analista Margarita Andrade.
Del lado del PNB, su presiden-te Ejecutivo, Carlos Fernández-Guzmán, se defiende asegurando que el Banco cuenta con niveles de capital “más que adecuados para cubrir el pago de la multa, sin que ello cause impacto en los niveles de capital requeridos por los reguladores, ni en sus actuales actividades comerciales”.
Mientras que el principal accionista del PNB, en la cabeza de su presidente del Directorio, Diego Borja, no se ha pronunciado al respecto y, pese a que este Diario pidió conversar ayer con él, la respuesta fue que “se encontraba fuera de la ciudad”.
Entre otras cosas, el PNB fue observado por haber violado la obligación de establecer y poner en práctica un programa eficaz de lucha contra el blanqueo de capitales. Desde el 24 de abril del 2002, la Ley de Secreto Bancario de EE.UU. ha exigido a los bancos que informasen de las transacciones superiores a USD 5 000 que consideraren sospechosas. Y, desde julio del 2006, el PNB empezó a recibir los llamados de atención de los órganos reguladores, sin que se adopten medidas.
De hecho, un año antes, estalló uno de los escándalos de piramidación que más sacudió a los ecuatorianos: la del notario Cabrera. En ese entonces, el Ministerio Público en Tumbes, Perú, detectó una cuenta de José Cabrera, donde uno de los depósitos, en el 2005, ascendió a USD 1,4 millones en la cuenta corriente 138410606 del PNB.
Se desconoce si el PNB dio un reporte sobre esta decisión anómala, pero consta dentro de los movimientos sospechosos que la institución debió reportar.
En el 2009, en cambio, Carlos Wolf, ex presidente del PNB, dispuso el cierre de una cuenta bancaria de Cassia Delgado, ex secretaria del presidente Rafael Correa. Wolf había ordenado cerrar, en el 2007, 4 600 de 11 000 cuentas del PNB, debido a que no cumplían con las regulaciones de control. Delgado aseguró que sí justificó esos movimientos.