Ópticas Los Andes es una de las empresas ecuatorianas que traspasó las fronteras nacionales. En mayo pasado cumplió un año en Perú y ya tiene ocho tiendas en Lima y una en Arequipa. Hasta el 2012 tiene planes de abrir otros seis o siete locales nuevos.
Las tiendas aumentan de la mano de los centros comerciales, así a finales de año habrá una tienda en el gigante Jockey Plaza; además están en Parque Arauco, Megaplaza y Real Plaza. Dan trabajo a unas 50 personas en los locales.
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La empresa creció en Ecuador y mantiene la perspectiva de seguir consolidándose, pero era tiempo de expandirse a otros mercados. Así escogieron Perú por sus buenos indicadores económicos, estabilidad y apertura a la inversión extranjera, dice Ignacio Morales, el ecuatoriano que gerencia la empresa en Lima. “La experiencia ha sido muy positiva, el crecimiento muy rápido”, añade.
El análisis de Morales es muy parecido al de otros ejecutivos y gerentes de empresas ecuatorianas cuando reflexionan sobre lo que les atrajo de Perú para instalar sus inversiones en este país. Además, mantiene más de 33 acuerdos comerciales con países y bloques regionales. En plena campaña electoral el Gobierno peruano firmó el último acuerdo con Japón, la tercera economía más grande del mundo.
Según la Agencia de Promoción de la Inversión Privada (Proinversión), a diciembre del 2010 el ‘stock’ de inversión directa de diferentes países sumó USD 7 328 millones. Los sectores que más recibieron esos dineros son minería, finanzas, industrias y telecomunicaciones.
La dinamización de la economía se refleja en parte en el distrito San Isidro, con modernos edificios de oficinas y hoteles como el Novahotel de arquitectura lineal. Quizás comparada con la zona de la avenida Orellana, en el norte de Guayaquil, donde está el desarrollo de la última década.
Durante la última semana de la campaña electoral en Perú, las preocupaciones de los empresarios estaban en el modelo económico que aplicaría el nuevo Presidente. El mayor riesgo para los mercados de inversores estaba en el nacionalista Ollanta Humala, más que en Keiko Fujimori.
Una semana después del triunfo, Humala ha dado señales para tranquilizar al mercado. La economía del país está“sólida como una roca” y eso “no se va a mover” en mi Gobierno, dijo el Presidente electo peruano. “El país está tranquilo, la economía está firme, en crecimiento. Los bancos internacionales, las aseguradores de riesgos señalan que inviertan en el Perú y que si la bolsa baja, compren acciones porque eso va a subir de todas maneras”, sostuvo.
Perú tiene actualmente una de las reservas monetarias más altas de su historia (USD 46 127 millones). Diego Noboa, gerente de Banca Mayorista del Banco Financiero, asegura que el país tiene todavía cuatro años para una economía boyante. “Así todos los peruanos quisieran cambiar sus soles por dólares, sobrarían dólares; mientras en Ecuador su reserva llega a 3 000 millones…”.
Humala no solo tiene el reto de mantener la economía estable, sino armar un gobierno de concertación y atender las políticas sociales. Manuel Torrado, presidente de la encuestadora Datum Perú, sostiene que el país tiene “buena nota en economía pero mala en lo social”. A pesar de tener una tasa de crecimiento anual promedio de 8%, su nivel de pobreza está en 30% y una de las grandes deudas sociales es la reforma integral de la educación. “En la campaña estuvo en juego la desigualdad social tan grande entre los peruanos. Perú lleva 20 años creciendo, con indicadores exitosos. Pero es triste el 30% de pobres en pleno siglo XXI, y la desigualdad es abismal”, dice Torrado.
Las desigualdades se notan cuando se recogen las opiniones de la mayoría de votantes por Humala en la calle. Sienten que el crecimiento económico del país se “quedó en los ricos”. La esperanza es por mayor empleo, más seguridad, bajar el costo del gas (USD 12) y aumentar el salario básico de 600 a 700 soles (alrededor de USD 254).
En el distrito de San Juan de Miraflores, una zona popular en Lima, José Fernández (43 años) y Jorge Rafael (40 años) en la víspera de las elecciones esperaban ganarse unos soles en la venta informal de ropa. Alquilar un local en el mercado Primero de Mayo, ahí cerca, les cuesta unos USD 300. Hace más de un año no tienen trabajo fijo y viajan por provincias.