A diferencia de lo que ocurrió con los deportistas ecuatorianos que fueron a las Olimpiadas, con quienes medio cuerpo legislativo quería fotografiarse, a Pedro Páez lo posesionaron rápidamente en el salón principal de la Asamblea.
En un fugaz acto, el Superintendente del Poder de Control del Mercado fue investido y tomó juramento ante Fernando Cordero, titular del Legislativo.
Afuera, un séquito de unas 20 personas le esperaba para saludarlo y felicitarlo por su cargo.
Páez, desde ahora, se encargará de regular todas las prácticas en el mercado y de controlar que no existan abusos de poder monopólico en los diferentes sectores económicos del país.
Para Ramiro Terán, uno de los asambleístas presentes durante la posesión, este cargo no será sino “otra cosa más que servirá para presionar a los medianos comerciantes. Porque a los grandes empresarios, durante la reunión de la semana pasada, este Gobierno ya les ha garantizó que no habrá mayores controversias. Esta Superintendencia será como un SRI, que perseguirá a los menos poderosos”.