El número de estadounidenses que presentaron nuevas solicitudes de beneficios por desempleo alcanzó la semana pasada su mínimo nivel en tres años y medio, lo que fortaleció la visión de que la economía está ganando impulso, pese a que el crecimiento del tercer trimestre fue revisado a la baja.
Otros datos divulgados el jueves subrayaron el tono firme de la economía local, con la confianza del consumidor aumentando en diciembre a su máximo nivel en seis meses y un mayor aumento al esperado el mes pasado en un indicador sobre actividad futura.
Pese a que la economía está cerrando el 2011 con un tono positivo, las discusiones sobre política presupuestaria en Washington y la crisis de deuda en Europa arrojan una nube sobre sus perspectivas para el próximo año.
La extensión de un recorte de los impuestos sobre las nóminas y beneficios para desempleados por largo tiempo, que van a expirar a fin de año, se han visto envueltos en la política partidista y no está claro si serán renovados, ni cuándo. “La economía está llevando un claro impulso al 2012”, comentó Joel Naroff, economista jefe de Naroff Economic Advisors en Holland, Pennyslvania. “Si el Congreso no mata eso al no extender los recortes impositivos, podemos ver un mejor año por delante”, agregó.
Las solicitudes iniciales de subsidios por desempleo cayeron en 4 000 la semana pasada a una cifra ajustada estacionalmente de 364 000, dijo el jueves el Departamento del Trabajo. Ese fue el menor nivel desde abril del 2008.
Ese dato, que cubrió el período de sondeo para nóminas no agrícolas de diciembre, ayudó a compensar otro informe del Departamento de Comercio que mostró que el Producto Interno Bruto creció a una tasa del 1,8 por ciento anual en el tercer trimestre.
El informe del empleo de diciembre será divulgado el 6 de enero. El crecimiento, que previamente se había dicho que se había expandido un 2 por ciento, fue contenido por una aguda caída en el gasto en asistencia en salud.
Sin embargo, los desembolsos en bienes duraderos fueron mayores a lo estimado previamente, lo que indicó que el apetito de los hogares por consumir continúa saludable.
Los gastos en salud restaron alrededor de 0,1 puntos porcentuales del PIB en la revisión final. Las perspectivas para los consumidores fueron impulsadas por el aumento en la confianza este mes.
La lectura final de Thomson Reuters/Universidad de Michigan sobre el índice general de confianza del consumidor subió a 69,9 desde 64,1 en noviembre.
MEJORA MERCADO LABORAL
Las acciones estadounidenses subieron tras la divulgación de los datos, mientras que los precios de la deuda del Tesoro a largo plazo también se elevaron.
El dólar, en tanto, operaba con pocos cambios frente a una cesta de monedas principales.
La economía estadounidense se mantiene resistente, pese a que buena parte del resto del mundo se está desacelerando y a que se pronostica una recesión leve en Europa para el próximo año.
El mercado laboral está mejorando, los hogares siguen gastando, la construcción de casas se está acelerando y la producción fabril se está expandiendo, lo que coloca a la economía en camino de crecer al menos un 3 por ciento en el cuarto trimestre.
Ese sería su ritmo más rápido en 18 meses. Aunque las solicitudes de subsidio por desempleo tienden a ser más volátiles en esta época del año, la tercera baja semanal consecutiva sugiere que el mercado laboral está ganando algo de tracción. “Un número inesperadamente bajo puede ser una casualidad; dos son interesantes; tres nos dicen que algo real está pasando en el mercado laboral”, dijo Ian Shepherdson, economista jefe para Estados Unidos en High Frequency Economics en Valhalla, Nueva York.
Otro dato mostró que el indicador de la actividad económica futura de Estados Unidos se elevó un 0,5 por ciento en noviembre, tras un incremento del 0,9 por ciento en octubre, en su séptimo mes consecutivo de avance.
Pese a la revisión a la baja, el crecimiento del PIB del trimestre pasado superó al incremento del 1,3 por ciento entre abril y junio.
Un salto en los precios de la gasolina había pesado sobre el gasto del consumidor más temprano en el año y las interrupciones en el suministro provocadas por el terremoto y tsunami de marzo en Japón redujeron la producción automotriz.
El Gobierno revisó el gasto del consumidor a un aumento del 1,7 por ciento, desde un alza del 2,3 por ciento, debido a ajustes a servicios de salud, en particular a hospitales sin fines de lucro. Excluyendo inventarios empresariales, la economía estadounidense creció un aún enérgico 3,2 por ciento, una revisión hacia abajo desde una estimación previa del 3,6 por ciento.
El informe del PIB también mostró algunas presiones inflacionarias en la economía.
Un índice de precios para el gasto personal subió un 2,3 por ciento en el tercer trimestre. Eso se compara a un aumento del 3,3 por ciento en el segundo trimestre.
Un indicador de la inflación subyacente, que excluye costos de alimentos y energía, subió un 2,1 por ciento en vez de un 2,0 por ciento.
Ese indicador, seguido de cerca por la Reserva Federal, creció un 2,3 por ciento en el segundo trimestre.